La embarcación se utilizaba para tareas referidas a la detección de toxinas de marea roja, entre otras.
La embarcación “Estrecho de San Carlos”, adquirida por el Estado provincial hace poco más de un año, se hundió amarrada al muelle por falta de mantenimiento, según coincidieron en señalar los pobladores. Ahora Prefectura Naval realiza una investigación para determinar por qué fallaron dos sistemas clave de seguridad: la bomba de achique y la balsa salvavidas.
En la parte superior de la lancha, en una especie de caja o cápsula, con un sensor adosado, según muestra la imagen, se encuentra la balsa salvavidas que no funcionó al hundirse completamente, amarrada al muelle de Puerto Almanza. Si el siniestro hubiera ocurrido durante una navegación, las consecuencias hubieran sido trágicas.
Prefectura Naval Argentina se encuentra interviniendo en un expediente abierto tras el hundimiento de la lancha “Estrecho de San Carlos”, una embarcación de propiedad estatal asignada a Puerto Almanza para tareas como el muestreo de algas y mejillones vinculados a la detección de marea roja. Según fuentes confiables, el incidente se habría producido por falta de supervisión y mantenimiento por parte de la Secretaría de Pesca y Acuicultura, dependiente del Gobierno Provincial.
La lancha, de unos 9 metros de eslora, se fue a pique mientras permanecía amarrada al muelle, en un episodio que no fue provocado por tormentas ni vientos intensos, sino por acumulación de agua de lluvia, según describieron los pobladores locales. La embarcación fue luego extraída del agua mediante una maniobra de arrastre con una camioneta, y quedó nuevamente en tierra, amarrada en el mismo lugar, pero fuera de servicio.
El caso encendió alarmas por la inoperancia de mecanismos de seguridad que debieron activarse automáticamente. Por un lado, la bomba de achique –que debería haber evacuado el agua acumulada en la parte baja de la lancha– no funcionó. Por otro, falló el sistema que, ante un hundimiento, lanza automáticamente una balsa salvavidas comprimida ubicada en una caja sellada sobre el techo. En este caso, la lancha quedó completamente sumergida, pero la balsa nunca se activó. Prefectura deberá determinar por qué no funcionaron estos dispositivos que, en una navegación con tripulantes a bordo, podría haber constituido un siniestro con trágicas consecuencias.
La “Estrecho de San Carlos” había sido adquirida cero kilómetro por el Estado provincial hace alrededor de un año, equipada con casco rígido y un motor fuera de borda de 115 HP. Se utilizaba para monitoreos sanitarios relacionados con la marea roja y visitas a cultivos privados de mejillones, como los que desarrolla la firma Newsan. Pese a tener poco uso –se estima que fue empleada en unas 20 ocasiones –, trabajadores del sector aseguran que su mantenimiento era prácticamente nulo.
Prefectura Naval Argentina cuenta con un destacamento en Puerto Almanza. Ahora esa institución se encuentra investigando qué pasó con la lancha Estrecho de San Carlos, la que luego de irse a pique a la vista de todos, perdió todas sus certificaciones para navegar.
“Esto se podría haber evitado. No hubo tormenta ni viento. Fue desatención, nada más. Y nada menos”, afirmaron vecinos de Puerto Almanza, que apuntaron como responsables al secretario de Pesca de la provincia, Carlos Cantú, y al subsecretario Diego Marzzioni.
Otros trabajadores, bajo reserva de identidad por temor a represalias, también cuestionaron el rol de Prefectura en la supervisión de la nave: “Si un auto necesita service, una lancha también. Hay que revisarla, subirse, mirar si tiene agua. Y si tiene, sacarla”. Según explicaron, la bomba de achique debería haberse activado automáticamente y expulsado el agua por el caño externo, lo que no ocurrió. Tampoco lo hizo la balsa salvavidas: “Capaz estaba atada, desactivada o rota, no se sabe. Pero si hubiera habido ocupantes, en alguna de las recorridas que hacía la lancha por las costas del Canal Beagle, nadie se salvaba”, advirtió un poblador.
La embarcación permanece ahora en el muelle, fuera de servicio, con su motor e instrumental comprometidos por la inmersión. También será objeto de peritajes el casco, que podría haber sufrido daños durante el impacto contra el fondo rocoso o durante el arrastre, ya que fue remolcada con una camioneta desde la costa.
Hasta el momento, la Secretaría de Pesca no emitió declaraciones.