El motín fue motorizado por uno de los sujetos que le robó 200 pesos a un niño y agredió a su abuela de 80 años, en 2019.
Se trata de Rogelio David Quiroga, de 28 años de edad, quien en señal de protesta por cuestiones inherentes a las condiciones de reclusión, provocó junto a otros nueve internos un incendio en los calabozos de la calle Goleta Florencia, en Ushuaia. Un penitenciario sufrió quemaduras en los ojos luego de que le arrojaran agua con lavandina.
Una protesta de reclusos por la calidad y variedad de la comida, el tiempo y los lugares de recreación y actividad física y la frecuencia de las visitas higiénicas, entre otros temas, convocó a personal bomberil del Cuartel Central de Ushuaia y efectivos policiales que se desempeñan en el mismo edificio, a la calle Goleta Florencia y Olegario Andrade.
El motín se registró el martes 28 de diciembre en horas del mediodía cuando el interno Rogelio David Quiroga prendió fuego un colchón, en medio de un arrebato de furia y luego de ser notificado del resultado adverso de una petición judicial para poder ver a su hija. Inmediatamente se sumaron a los desmanes otros nueve reclusos que agredieron al personal del Servicio Penitenciario, llegando inclusive a arrojarle agua con lavandina en la cara uno de los guardias. Debido a las quemaduras sufridas por el líquido corrosivo, el penitenciario debió ser trasladado al nosocomio en una de las ambulancias que habían sido requeridas durante el incidente.
Al cabo de algunos minutos se logró extinguir el fuego que se había extendido a otros colchones y ropa de cama, siendo reducidos los revoltosos y trasladados al HRU a fin de ser examinados por los médicos.
Cabe destacar que el principal cabecilla de la revuelta, Rogelio David Quiroga, fue trasladado a la Unidad Penitenciaria Nro 1 de la ciudad de Río Grande, para que sea alojado en un calabozo dotado de mayor seguridad y vigilancia.
Quiroga y sus antecedentes
El Tribunal de Juicio en lo Criminal del Distrito Judicial Sur, integrado por los jueces Maximiliano García Arpón, Rodolfo Bembihy Videla y Alejandro Pagano Zavalía condenó el jueves 10 de septiembre de 2020, a 7 años de prisión efectiva, a 3 sujetos enjuiciados por el delito de robo doblemente agravado.
En la misma oportunidad los jueces revocaron una libertad condicional, disponiendo la reincidencia por primera vez de Cristian Luis Maidana y por segunda vez de Rogelio David Quiroga y Alexis Ariel Antonio Cortez.
Se les imputó a Cristian Luis Maidana, Rogelio David Quiroga y Alexis Ariel Antonio Cortez haber entrado a una vivienda próxima a la Comisaría 2da., en la calle Concejal Rubinos, maltratar a una mujer de 80 años y causarle un corte sangrante a su nieto de 12, para alzarse con 200 pesos antes de huir.
Durante el debate, Maidana y Quiroga admitieron que el miércoles 18 de diciembre de 2019 a alrededor de las 21, ingresaron por la fuerza a la casa sita en Concejal Rubinos del Río al 200 “porque nos pasaron el dato de que ahí había plata”, aunque no identificaron al entregador. Según ya publicara Diario Prensa Libre, a los tres sujetos reincidentes y con un frondoso prontuario policial, “alguien” les dijo que en esa vivienda había una cantidad de dinero estimada en los 750 mil pesos y que apropiarse de la supuesta suma no les significaría ningún esfuerzo ni riesgo porque el inmueble era habitado por una anciana y un niño.
Cuando llamaron a la puerta y la dueña de la casa salió a atender, la empujaron violentamente hacia el interior. Alexis Cortéz, de 28 años; Cristian Maidana, de 26 y David Quiroga Jofré, de 27 años (en 2020) entraron y enseguida uno de ellos se paró detrás de la anciana, le sujetó los brazos y la inmovilizó presionándole el cuello, mientras los otros dos le exigían a viva voz que les entregara una supuesta suma de dinero guardada en la casa. Los gritos y el llanto de la mujer alertaron a su nieto, de 12 años de edad, que estaba en una habitación próxima, quien fue en ayuda de su abuela pero fue reducido por los asaltantes. Ante la insistencia de los malandras, el chico les ofreció sus ahorros, 200 pesos, sin dejar de rogarles que dejaran en paz a su abuelita.
Viendo que el calvario que estaban sufriendo no cesaba, el pequeño héroe tomó valor y comenzó a correr hacia el exterior, siendo alcanzado en su huída por el filo del cuchillo de uno de los captores. Sangrando, corrió la cuadra de distancia que separa la casa de su abuela con la Comisaría 2da., en donde dio cuenta de lo que estaba pasando, pidiendole a los asombrados efectivos que lo vieron llegar, que ayudaran a la octogenaria.
Al llegar los uniformados a la vivienda, los malvivientes habían huído, siendo capturados posteriormente y detenidos.
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