Conducción temeraria y trato desigual ante la ley.
Testigos aseguran que la magistrada conducía de forma errática. No se le hizo test de alcoholemia ni fue sancionada. En la Justicia reina el hermetismo y el hecho fue caratulado como “daño casual”. Los damnificados temen que el seguro no se haga cargo.
El viernes pasado, la jueza correccional de Ushuaia, Felicitas Maiztegui Marcó, chocó al menos a cuatro vehículos estacionados sobre calle Gobernador Godoy 51, entre San Martín y Maipú, y se retiró del lugar sin detenerse a brindar sus datos personales ni asumir responsabilidad alguna por los daños causados. A pesar de la gravedad del episodio, que incluyó una secuencia errática de conducción por el centro de la ciudad, el hecho fue rápidamente caratulado como “daño casual” y no se activaron los protocolos habituales en estos casos.
Según pudo reconstruir Diario Prensa Libre, el martes 17 de junio la magistrada presentó la documentación de rigor ante la firma Sancor Seguros, con lo que se abre un periodo de espera para que la aseguradora evalúe si corresponde o no la cobertura de los daños ocasionados. Uno de los damnificados incluye en su reclamo no solo los perjuicios materiales sino también el lucro cesante, dado que se trata de tres vehículos destinados a alquiler. Otro de los casos y un quinto en evaluación, implicaría una cobertura simple por daños.
Lo que genera inquietud entre los afectados y diversos sectores de la comunidad es el tratamiento que recibió el episodio por parte de la Policía provincial, la Dirección de Tránsito Municipal y, en particular, el Superior Tribunal de Justicia, del cual depende la jueza. A diferencia de lo que ocurre en hechos similares protagonizados por ciudadanos comunes, no se le requirieron pruebas de alcoholemia ni otro tipo de exámenes médicos, luego de que la magistrada se refugiara en su domicilio, en el barrio cerrado Mirador del Fernández, calle Puerto Túnel, en donde estacionó el rodado.
Testimonios recogidos por este medio indican que la jueza fue vista poco después del incidente “en un estado extraño”, con dificultad para hablar y signos que hacían suponer que podría estar bajo los efectos del alcohol, estupefacientes o algún psicofármaco. Sin embargo, tales indicios tampoco motivaron acción alguna por parte de las autoridades.
En redes sociales circuló un video donde un vecino se comunica con la Policía alertando sobre la conducción temeraria de un Jeep Wrangler, dominio NVZ-484, que circulaba por calle Maipú. Según relataron los damnificados, la secuencia incluyó un primer impacto contra un vehículo estacionado, luego el choque múltiple en Godoy, y finalmente una colisión con una barrera del aeropuerto, tras lo cual el automotor fue identificado por su patente.
“La verdad es que no sabemos si el seguro va a cubrir todo esto. Sinceramente, creemos que puede alegarse que la conductora no estaba en condiciones de manejar, y entonces quizás se nieguen”, expresó uno de los damnificados, que prefirió no ser identificado. Otro agregó: “Esto fue una desgracia con suerte, porque no hubo heridos. Pero pudo haber atropellado a alguien, y nadie de la Justicia hizo nada. Es increíble”.
Al cierre de esta edición, surgió la versión de que habría un quinto vehículo afectado, estacionado dos cuadras más arriba sobre la misma calle Godoy, cuyo propietario, un abogado local, también se encuentra recabando filmaciones de cámaras de videovigilancia para sumarse al reclamo.
Mientras el hecho sigue su curso administrativo, el Superior Tribunal de Justicia mantiene un llamativo silencio institucional, sin emitir declaración alguna ni adoptar medida visible. Tampoco la jueza Maiztegui Marcó ha dado explicaciones públicas, a pesar de que su rol en el fuero correccional —especialmente vinculado a cuestiones de tránsito— exige una conducta ejemplar ante la comunidad.