CARTA A UN EGRESADO
Antes de empezar con el sermón de costumbre “algún día vas a ser papá y lo vas a entender” necesito decirte GRACIAS!!!.
Gracias por aprender durante este tramo de tu vida en la escuela y a la vez a enseñarme a ser padre. Nos costó…pero cuando nos proponemos algo, codo a codo lo terminamos logrando .
Gracias por haber entendido que «la educación es el arma más poderosa que se puede usar para cambiar el mundo»… que mientras más leen las ovejas más negras se ponen… que es la forma de impedir que ningún pillo del poder se meta nunca con el pan de los tuyos. Tené en cuenta que «trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra». Nunca propongas guerra, honrá la vida, sé inclusivo siempre con los demás, porque el valor de las personas no se mide por género, cuadro de fútbol ni religión.
Desde mi humilde lugar yo pude enseñarte cosas nuestras. Sabemos más sobre Malvinas y menos sobre los egipcios, más sobre el genocidio de nuestros indios que de la tripulación de Colón, más sobre la parte negra y nefasta de nuestra historia que de presidentes de Estados Unidos (porque creéme hijo, conocer lo que nos pasó es la única forma de no repetirlo NUNCA MAS).
Lo que venga a partir de ahora es una elección personal que no estoy dispuesto a discutir pero siempre voy a estar para apoyarla.
Volá alto hijo, que hoy te diste cuenta que el sacrificio da buen fruto y que lo que quieras ser lo vas a alcanzar.
Mantené siempre tu palabra y no te dejes pisar la cabeza nunca.
Recordá que sos hijo del brazo nunca torcido.
Solo le pido a la vida que me dé el tiempo necesario para verte a vos convertido en padre y ver en tus ojos ese brillo que se refleja en mi mirada hoy por el orgullo de verte egresado.
Rulo Gajardo
Edición:
Diario Prensa
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