Récord de ventas navideñas en el comercio local

Comerciantes felices.

Larguísimas colas para ingresar a los locales y gente portando bolsas de regalos de todos los tamaños conforman por estos días el paisaje de las calles fueguinas.

La Navidad 2020 no solo será recordada porque transcurrirá en pandemia sino por el elevadísimo nivel de ventas que el comercio local registra por parte de fueguinos que parece que quieren llenar el arbolito de regalos para todos.
Una de las firmas más visitadas desde que prácticamente comenzó el mes de diciembre, con colas constantes en la calle para poder ingresar al local de ventas es Atlántico Sur. En una interminable fila que en algunos días llegó hasta la esquina de Juana Fadul, los compradores esperaban pacientemente y munidos de barbijos, su turno, para por fin poder acceder a ofertas particularmente en el rubro indumentaria, en donde se prometían rebajas del 50 al 70%. Una vecina que llevaba parada en la cola media hora, abrigada con una campera previendo alguna lluvia que la pudiera sorprender en la espera, comentó a Diario Prensa Libre que “hago esto porque una amiga me comentó que están vendiendo ropa de Tommy Hilfiger a muy buenos precios, con el 50% de descuento. Ella se compró un sweater que estaba marcado 6 mil y lo pagó 3 mil pesos, y una campera de 10 mil, a 5 mil. No importa lo que tenga que esperar pero algo seguro todavía debe quedar”.

Otro de los presentes en la fila protestó a viva voz y exigió que se hiciera presente el encargado de la casa de importación, lo que no ocurrió aunque igual siguió esperando a regañadientes.
Otra casa icónica ubicada en la esquina de San Martín y 25 de Mayo, Vraie, también estaba llena de gente comprando “como si se terminara el mundo”, según dijo uno de los clientes.
En diálogo con una de las vendedoras, Diario Prensa Libre le consultó si había satisfacción por el evidente nivel de ventas que se observaba en el salón, a lo que respondió: “La verdad que sí. Es asombroso y no damos abasto. Hemos vendido tanto que nos quedamos sin talles y sin stock en muchas de las prendas”.
Otra larga cola se podía ver en las zapaterías céntricas y en la mayoría de los comercios que concentran ventas de ropa, muebles, artículos de decoración y juguetes.
En una de las jugueterías céntricas precisamente, una madre se quejaba: “Dejé para último momento los regalos para los chicos y ahora que vine a comprarlos me encuentro con que no hay casi nada. Quería un monopatín pero parece que se los llevaron todos. La gente parece ávida por gastar la plata de los aguinaldos o de la que fueron acumulando en la cuarentena, sin ir a trabajar. Y como seguro muchos no se van a ir de vacaciones optaron por gastarla acá. Mejor que el dinero quede en la provincia y no como ha ocurrido siempre, en años anteriores, en que se la llevaban para gastarla en el norte”.
Completando el agitado trajín céntrico, la postal se completa estos días con muchos manteros, inusuales en épocas de vacas gordas de antaño. Artesanos vendiendo barbijos, medias, bijouterie y juguetes, entre otros pequeños artículos improvisaban sus vidrieras al paso, intentando llamar la atención de la marea humana cargada de bolsas e imbuida del lado mercantil de la Navidad, que pasaba a su lado.