El titular de la fundación Ushuaia XXI insistirá con el pedido de copia del estudio, dado que hasta el momento sólo se les permite “tomar vista” y se trata de “cuatro o cinco carpetas”, dijo.
“Nos enteramos sobre el fin de la semana pasada y todavía no pude ir a verlo, porque nos permiten tomar vista del estudio pero no tenerlo”, dijo ayer el titular de la Fundación Ushuaia XXI Julio Lovece, sobre el estudio de impacto ambiental del corredor Canal Beagle.
“En la época que estamos viviendo, no entiendo por qué no lo dan en forma digital. Esto es tratar de restringir la información. Son muchísimas páginas y vamos a insistir para que nos den una copia porque, por lo que sé, son cuatro o cinco carpetas”, indicó.
“Yo no tengo gran expectativa de este estudio, más que poder acceder para, en todo caso, denunciar alguna gravedad que pueda ocurrir ante algún valor que no haya sido bien analizado. Hace rato deberíamos haber tenido la definición de la traza, para evaluar si se van a proteger todos los valores arqueológicos. Yo no tengo experiencias en este tipo de conflictos y en este caso en particular me llama la atención la desprolijidad y el hermetismo con que se ha manejado el gobierno desde el comienzo, que es absolutamente inexplicable”, cuestionó.
“No entiendo por qué el gobierno desde el comienzo se ha manejado con tanto hermetismo y tanto misterio, porque tardaron seis meses en darnos respuesta de algunos datos del proyecto. Después de seis meses me dieron cinco fotocopias y pareciera una broma que no terminamos de entender. No tenemos la tranquilidad de que hayan sido consultados aquellos que nosotros consideramos que pueden opinar sobre la protección de determinados valores en el sector. Por eso no tengo grandes expectativas respecto de este estudio de impacto ambiental”, expuso el ambientalista.
Por declaraciones del ministro de Obras Públicas Luis Vázquez, en noviembre se haría la audiencia pública para comenzar en diciembre con los trabajos pero, para Lovece, la audiencia pierde sentido al no ser vinculante y se convierte en un mero trámite. “Nuestra ley de medio ambiente fue un orgullo y se ha transformado en gran medida en una ley muerta, porque todas las instancias que se aseguraron para garantizar la participación pública y que la gente pueda opinar, y para que las obras garanticen protección al tema ambiental, se han transformado en un trámite. La audiencia pública, al no ser vinculante, es una pérdida de tiempo total y lo digo con todo dolor. Incluso hasta generan la trampa de inscribir a un montón de gente, que en muchos casos van a decir que están de acuerdo con la obra, para darnos menos minutos para exponer”, aseguró.
“Yo estoy sumamente preocupado, tuve una reunión con la Cámara de Turismo hace pocos días y tenemos una mirada similar. No nos oponemos a la ruta, pero hubiésemos deseado que se manejara de otra manera y se garantice que va a ser una ruta turística. Hasta donde yo sé, no va a ser una ruta turística y se suman otras actividades que ocuparían parte de la costa norte del Canal Beagle, como el tema de las salmoneras. Creo que el Gobierno está construyendo esta ruta con un afán especulativo y va a ir definiendo sus usos a medida que vayan surgiendo potenciales inversores en los rubros más dispares e insólitos. Podemos encontrar desde un hotel a una fábrica de chacinados, una destilería, o especulación inmobiliaria o política”, barajó.
“Creo que el gobierno tiene un concepto absolutamente frágil de lo que significa el medio ambiente. El Gobierno tiene que entender que toda esa zona ya es productiva y ya hay un uso a nivel turístico, y lo que nosotros vendemos a nivel turístico es medio ambiente. Cuando hablamos de proteger al medio ambiente, implica proteger actividades que ya están afianzadas en la provincia”, subrayó.
“La construcción de la ruta puede generar cien puestos de trabajo pero, si después viene la destrucción, no sé quién asume el costo ambiental, porque eso tiene un costo. La actividad turística genera 17 mil puestos de trabajo solamente en Ushuaia y parecen convidados de piedra, porque la Cámara de Turismo debiera ser una de las primeras consultadas a la hora de ejecutar este proyecto, y no lo fue. No se consulta a nadie, y cuando aparecemos las ONG a consultar, somos unos locos bohemios que nos oponemos al desarrollo. Es una mirada muy pobre del gobierno respecto de estos temas”, calificó.
Consultado sobre la situación de las estancias Harberton y Pastoriza, indicó que “no han acordado absolutamente nada. En el caso de Harberton les avisaron que van a expropiar y ya está tomada la decisión. Ignoro si los Pastoriza están en las mismas condiciones, pero sé que las dos familias están muy preocupadas porque no lograron acordar con el gobierno por dónde va a pasar la ruta. Siempre hablamos de gente que no se opone a construir la ruta, sino que piden la preservación de determinados valores que en el caso de Harberton están vendiendo hace décadas, pero el gobierno ha hecho caso omiso de estas preocupaciones”, concluyó.
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