Se analizarán las vísceras de la ballena encallada para saber por qué murió

En principio se pudo saber que no fue atacada por sus depredadores naturales, el tiburón y las orcas.

Científicos locales se encuentran abocados a determinar si la muerte del rorcual varado en Bahía Brown, en cercanías de Puerto Almanza el domingo último, puede relacionarse con la de 30 ballenas que en 2022 y en las costas de Chubut perecieron por ingerir algas tóxicas.

Tal como publicáramos en nuestra edición anterior en forma exclusiva, encalló el domingo último en horas de la madrugada y en la playa de Bahía Brown, un ejemplar de Balaenoptera Borealis, también conocido como rorcual boreal, de Rudolphi, sei y ballena boba.
Anoticiados del evento, personal del CADIC se dirigió al lugar para determinar las causas de la muerte de un animal que desde el año 1976 forma parte de las especies protegidas, ya que se estima que hacia fines del siglo XX se cazaron cerca de 200.000 de estas gigantescas criaturas marinas.
Luego del examen visual inicial, en el que no aparecieron marcas de sus depredadores naturales, el tiburón y las orcas, ni tampoco de hélices de barcos, la investigación se focaliza ahora en las muestras de tejidos orgánicos en general y de los intestinos en particular. La búsqueda se orientará a una posible conexión con la intoxicación de unos 30 ejemplares que aparecieron flotando en las costas de la localidad chubutense de Puerto Madryn, en el año 2022, cuya razón se encontró en la ingesta de fitoplancton compuesto de microalgas tóxicas.
Tampoco se descarta que el mamífero haya sido sorprendido por la baja marea, que pudiera haberse desorientado o que haya estado siendo perseguido por orcas.
Finalizada la extracción de las vísceras, los restos del enorme animal, de unos 12 metros de longitud y 20 toneladas de peso, serán trasladado al laboratorio del Museo “Acatushún” de aves y mamíferos marinos australes, para ser intervenido por el equipo de la familia Goodall a fin de que se lo pueda exhibir en el futuro.