Talento fueguino.
La generación nacida entre 1980 y 2000 en Ushuaia, fue quizás una de las más impulsadas a formarse, como un modo de cubrir el déficit de profesionales que tenía y aún tiene nuestra ciudad.
Desde las escuelas y hogares se incentivaba a los chicos para que fueran en pos de su destino y, sin las oportunidades de la educación virtual de la actualidad, la poca oferta educativa de Tierra del Fuego provocaba irremediablemente, la partida de los recién egresados de las escuelas secundarias. Ellos se iban rumbo “al norte” en busca de cumplir el sueño de ser profesionales, y con una valija llena de ilusiones migraban a los centros de estudios de Capital Federal, Córdoba, La Plata, Rosario y otros, según donde se cursara la carrera elegida. Con 18 años se fueron y muchos no volvieron. Algunos formaron sus propias familias y se ubicaron laboralmente en ese “norte” al que un día habían ido con tantas expectativas, pero otros, como Marcos González, también regresaron por amor a la tierra que los vió nacer, partir y ahora retornar.
Esta es la historia en común de muchos jóvenes profesionales de Tierra del Fuego.
Hoy contamos con médicos, contadores, abogados, arquitectos, ingenieros, psicólogos, todos, dispuestos a dar a la sociedad fueguina sus conocimientos.
Es el caso de Marcos, un sonidista profesional que hace dos años regresó a Ushuaia y ahora, con mucho esfuerzo, armó su propio estudio de sonido al que llamó “Selah”.
Con oportunidades artísticas a su disposición y posibilidades laborales para quedarse, Marcos prefirió regresar a la isla y lo explica así: “Amo a esta tierra y la disfruto. Soy sonidista, estudié en la Escuela de Sonidos CETEAR y en la Universidad 3 de Febrero, allí pude aprender y encarrilar mi amor por la música. Desde muy chico empecé tocando la batería. Desde los 8 años hago percusión y siempre estuvo en mí el anhelo de servir a mi comunidad con los talentos que me dio Dios. Yo tuve la suerte que pudieran bancarme mis viejos, pero hay muchos jóvenes que no pueden irse y por eso cuando doy clases a mis alumnos, trato de enseñarles todo lo que sé para que ellos también un día puedan crecer”.
Sobre el nuevo mundo laboral que se abre ante los jóvenes, en el que la tecnología juega un rol preponderante, Marcos recomienda adquirir habilidades para desenvolverse en él y así progresar: “Hoy, si tenes el conocimiento necesario, pones ganas en aprender y sos responsable, podes trabajar en muchas áreas a través del cibertrabajo, porque allí prueban lo que sabes. En la actualidad se valora más tu portfolio que tu curriculum y es concreto: sabes o no sabes, miran como trabajas y si lo haces bien y sos responsable te contratan”.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa – CAME -, destacó la importancia que revisten para el país los jóvenes profesionales, quienes prefieren trabajar por cuenta propia y crear su propia empresa a hacerlo en forma dependiente. Es así que el 55% de las PyMES en nuestro país son propiedad de menores de 40 años y 2 de cada 3 proyectos nuevos que nacen en la Argentina, son originados por este segmento de innovadores empresarios. El director de CAME Joven, Federico Pelli, indicó por su parte que, si consideramos que el 70 % del empleo formal del país depende de las PyMES, y que el 55% está conducido por jóvenes, estamos reconociendo la importancia que tiene para Tierra del Fuego el regreso de sus hijos profesionalizados, con anhelos de crear sus propias empresas y convertirse en potenciales fuentes de trabajo para la población.
Justamente Marcos, de 27 años de edad, es uno de estos nuevos emprendedores. Trabaja como productor de medios audiovisuales haciendo sonido directo, posproducción y ahora inició su propia empresa de sonido en vivo para eventos y bandas musicales. Tal como dice el nombre de su empresa “Selah” (que significa deténgase y escuche) hay muchos jóvenes talentosos dignos de seguir y escuchar, producto de la siembra de esta sociedad que ahora está dando prometedores frutos.