Según el INDEC el incremento acumulado de los precios en la Patagonia es de 56,9%

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, que fue muy elevado y rompió con la desaceleración que se evidenciaba durante los últimos meses. El salto de la inflación es producto de la devaluación.

El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) difundió el informe sobre el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto, que mide el proceso inflacionario. El IPC sufrió en la Patagonia una variación en agosto de 4,2%. En los primeros 8 meses acumula un alza de 30,2% para la región. En la comparación con el mismo mes del año pasado, la inflación acumulada es de 56,9%.
El segmento que sufrió el incremento más significativo fue “salud (36,4%). Por otro lado, “bebidas alcohólicas y tabaco” es el rubro que menos subió, entre diciembre del año pasado y este mes (24%).
Los rubros de la región que sufrieron los mayores incrementos en un año fueron “salud” (70,5%), seguido de “bienes y servicios varios” (66%) y “equipamiento y mantenimiento del hogar” (63,1%). Mientras que los que menos incrementaron en los últimos 12 meses fueron “Educación” (37,4%) y “Bebidas alcohólicas y tabaco” (40,1%).

Septiembre será peor

La devaluación que tuvo lugar después de las PASO impactó de lleno en la inflación de agosto. Según informó el INDEC, en el país el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 4% durante el mes pasado, la cifra más alta desde marzo. Con este incremento, la inflación minorista en lo que va del año ascendió a 30% y en los últimos 12 meses acumuló un alza de 54,5%.
El relevamiento mostró una suba de 4,5% en Alimentos y bebidas; 3,1% en prendas de vestir y calzado; 6,1% en Equipamiento y mantenimiento del hogar; y 5,2% en Salud, debido al aumento de la medicina prepaga y los precios de los medicamentos. El organismo informó, además, que los bienes aumentaron 4,9% y los servicios 2,3%. En este último rubro gravitó el congelamiento de las tarifas de servicios públicos y el transporte, que no aumentan desde abril y que impactarán irremediablemente cuando se liberen los precios de éstos.
En julio, la suba había sido del 2,2% y según había explicado el presidente del BCRA, Guido Sandleris, los 10 primeros días de agosto permitían proyectar que ese mes la inflación sería del 1,8%. Pero la devaluación post-PASO modificó el escenario. La cifra difundida ayer por el Indec, sin embargo, estuvo por debajo de las previsiones privadas que -según el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), realizado por el Banco Central- la ubicaban en 4,3%. En agosto se cortó por segunda vez desde la asunción de Sandleris el proceso desinflacionario que llevaba cuatro meses.
El 4% que se dio a conocer se asemejó al que proyectaban distintas consultoras. “Veníamos con una inflación que se estaba desacelerando. Ésta obviamente no es una buena noticia, casi duplica la del mes pasado. Dado que hubo una fuerte devaluación, nosotros honestamente esperábamos un número más alto”, sostuvo Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, quien repasó algunos factores que pudieron haber evitado una suba aún mayor: “Puede ser por la quita del IVA, el bajo nivel de actividad económica y el tercer tema es de medición, metodológico. Las elecciones fueron casi a mediados de agosto y los precios se relevan durante todo el mes, es decir que los valores de los primeros días pudieron bajar el promedio del total. Obviamente, las tarifas congeladas también ayudaron a eso”.
En la misma sintonía opinó Joaquín Waldman, de Ecolatina: “Esperábamos un número similar: teníamos 3,8% contemplado. Por un lado, porque están congeladas las tarifas, el transporte y el precio de la naftas. Y lo que pasó fue que la devaluación fue a mitad de mes, por lo que se están promediando algunos precios previos al salto del dólar y en segunda parte algunos subieron menos por la quita del IVA. Al mismo tiempo le da un piso alto a septiembre. Ya se parte de una base más alta, habría un piso de septiembre que estaría encima del 5%”.
“Hay que tener en cuenta que hubo un tercio del mes sin devaluación y dos tercios con devaluación. Además, la primera semana después de la devaluación no se tenían precios o stock. El impacto pleno se verá en septiembre. Igualmente, hay que ver cuánto se pasa a precios, dada la a caída de demanda de bienes”, agregó Juan Ignacio Paolicci, de EcoGo.
Los economistas esperan que la “inercia” de la devaluación continúe empujando la inflación hasta fin de año. “Aún en condiciones monetarias muy restrictivas como las actuales, durante los meses siguientes esperamos que la inflación oscile entre 3% y 5%. En cuanto a la inflación anual, esperamos que se ubique en valores por encima del 50%”, sostuvo la consultora ACM. Para 2020, según el Presupuesto que el Gobierno presentó el miércoles, se prevé una inflación del 34%.


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