Desde Salta afirman que la persona que se constituyó en el último caso con coronavirus que arribó a Ushuaia procedente de esa provincia, se encontraba en perfecto estado de salud al momento de viajar.
La directora del refugio para personas en situación de calle en el que un vecino de Ushuaia estuvo alojado por alrededor de 60 días y un solidario joven salteño que lo auxilió al encontrarlo pernoctando en una estación de servicio, coincidieron en que el hombre de 79 años no se contagió en Salta sino en Buenos Aires.
En la edición de ayer de Diario Prensa Libre se difundió una pormenorizada nota sobre el modo en que Ushuaia terminó abruptamente una meseta de medio mes libre de nuevos contagios al arribar por vía aérea el sábado 23 de mayo un vecino de 79 años de edad que no fue detectado en ninguno de los controles sanitarios por los que pasó.
Minutos después de subida la nota a la web, se comunicó con este medio Cristian Duarte, un solidario joven salteño que auxilió a don Máximo Ramón Cardozo al encontrarlo la noche del 24 de marzo en situación de calle, abandonado a su suerte en una estación de servicio de la ciudad capital. Con gran predisposición, Cristian accedió a proporcionar datos que permitan entender cómo y pese a todos los recaudos sanitarios existentes, logró ingresar una persona infectada por vía aérea a la isla.
¿Cómo se produjo tu encuentro con don Máximo y cuándo lo viste por última vez?
Nosotros acá lo conocemos como Ramón, su segundo nombre. Lo vi hace un mes atrás más o menos, cuando fui al refugio al que lo había llevado el 24 de marzo cuando lo encontré durmiendo en una estación de servicio y sin recursos para comer. Es un refugio que abrió el Gobierno salteño para personas en situación de calle, en el marco de la pandemia. Allí cuentan con contención, asistencia médica y brindan las cuatro comidas diarias. Ramón tenía una habitación y un patio. Realmente estaba bastante prolijo el lugar. Yo me comunicaba regularmente por video llamadas porque me encariñé mucho con él. Con el correr de los días también le cortaron el pelo pero llegó un momento en que se sintió incómodo. Al flexibilizarse acá la cuarentena podía salir a comprar, pero siempre acompañado. Eso lo disgustaba porque quería salir, quería irse del refugio y entonces comenzó a tratar mal a la directora del lugar. Nos decía que ya había cobrado su jubilación y que iba a comprarse un pasaje, pero no entendía que en plena cuarentena esto no era posible.
¿Cómo se concretó y cuándo el viaje de don Ramón a Ushuaia?
Hace unos veinte días más o menos, los ministerios de Acción Social del Gobierno de Salta y de Tierra del Fuego le consiguieron un pasaje para volverse a Ushuaia pero él lo rehusó porque dijo que como lo hacía todos los años para esta época, ante la llegada del invierno, quería irse a Bolivia porque no soportaba el frio del sur. Pese a que le tratamos de hacer entender que no iba a poder viajar fuera del país, no quiso aprovechar el pasaje para Ushuaia y se quedó. Pasaron los días y le volvieron a conseguir otro pasaje, esta vez con la empresa Silvia Magno, desde Salta a Buenos Aires por tierra. Y se organizó todo para que lo estuvieran esperando en Aeroparque y lo acompañaran directamente al avión. Le cuento que para mí fue un gran logro y un alivio cuando se fue a su casa…
pero nunca pensé que iba a terminar enfermo y hospitalizado. El se fue perfectamente bien de acá.
¿Pudiste saber qué pasó después que don Ramón se fue de Salta?
Lo que pude saber por la gente que lo trasladó y por la directora del refugio que estaba en comunicación con las autoridades de Tierra del Fuego es que cuando llegó a Buenos Aires, don Ramón se quiso escapar, según decía, porque quería irse a pasear y recién después de unos días viajar a Ushuaia. El tenía dinero para manejarse porque había cobrado su jubilación y yo le había conseguido cuatro mil pesos más. El no era una persona indigente ni tampoco tenía ninguna dificultad para entender o hacerse entender. Por el contrario. Es una persona muy cuerda que entiende perfectamente todo y que toma sus propias decisiones. Cuando uno habla con él se nota enseguida que es una persona que hace planteos concretos. Pudimos saber que en Buenos Aires fueron un poco más rigurosos que en Salta y con la intervención de la Policía inclusive, no le permitieron irse como quería y lo hicieron subir al avión.
¿Cómo salió de Salta? ¿Aparentaba estar bien de salud?
El estaba perfectamente bien de salud. Para mí, estoy casi seguro, don Ramón se contagió de coronavirus en Buenos Aires, porque acá no hay circulación comunitaria del virus. Apenas tenemos 7 infectados de los cuales todos son asintomáticos, importados y repatriados que vinieron de Buenos Aires. Por esa razón nosotros tenemos una cuarentena más flexible que en otros lugares del país. Yo estoy convencido de que él se contagió en Buenos Aires, lo que es una pena. Nos quedamos todos contentos de que pudiera volver a su ciudad para reunirse con los amigos artesanos que nos contaba que tenía y nunca nos imaginamos que iba a terminar en un hospital infectado con coronavirus. Espero poder comunicarme pronto con Ramón y saber que está bien y curado.
En Ushuaia se produjo una controversia acerca de si don Ramón tenía o no domicilio en la provincia. ¿Comentó él en dónde vivía con mayores precisiones?.
Me dijo que alquilaba una pieza en la casa de una señora viejita… y que trabajaba en la feria. Siempre contaba que es artesano desde hace 20 años allá y que por eso toda la gente que está en esa actividad lo conoce. No tiene hijos ni otros familiares. Nos contó que está solo pero con muchos amigos artesanos.
¿Siempre fuiste tan solidario Cristian?
Mi madre me lo enseñó desde que me daba la teta.
Cristian tiene 34 años, es oriundo de Salta y estaba trabajando como remisero cuando encontró a Ramón sentado y desanimado en una estación de servicio la noche del 24 de marzo. Al enterarse que el anciano quería volver a Ushuaia se le ocurrió hacer un video con su teléfono celular y subirlo a las redes sociales pidiendo ayuda.
Hoy ya hace un mes y medio que se quedó sin auto y cuenta que “desde entonces no puedo conseguir otro vehículo o un trabajo que sea más redituable. Yo fui chofer en el trasporte publico aquí en Salta durante 8 años, hasta el 2018 cuando me despidieron. Allí fue que me separé (hombre sin plata no sirve), me quedé solo y sin mis hijos.
Es lindo estar solo pero es horrible sentirse solo. No se lo deseo a nadie. Quizás por eso fue también que actué así con Ramón, para que si alguna vez me pasara lo mismo apareciera alguien por lo menos a preguntarme quién soy».
El solidario salteño baila folklore desde los 6 años, tiene 34 años, está divorciado “y soy padre de 4 maravillosos hijos” – dice.
Actualmente está desocupado y no consigue trabajo, pero no deja de tender una mano a quien lo necesita.
Como hizo con el vecino de Ushuaia que puso en jaque a los controles sanitarios continentales e isleños y obligó a las autoridades de Salud de Tierra del Fuego a repautar protocolos y a extremar medidas para evitar situaciones parecidas en los próximos vuelos de repatriación por venir.
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