En la Alcaidía de Ushuaia.
Se trata del ex comandante del Cuartel de Bomberos Zona Norte, denunciado por sus pares hace más de una década por el faltante de una suma millonaria en concepto de subsidios y venta de rifas cuyos premios nunca fueron entregados y en 2020, por abuso sexual agravado de dos niñas, producción de pornografía infantil y corrupción de menores.
Eduardo Aníbal Solari, de 62 años de edad, fue trasladado por el Servicio Penitenciario de Tierra del Fuego en las últimas horas a un calabozo del pabellón asignado a agresores sexuales, en la Alcaidía de Ushuaia, sita en la esquina de las calles Gobernador Deloqui y Augusto Lasserre. Su alojamiento se produjo luego de que el ex comandante del Cuartel de Bomberos Zona Norte se entregara espontáneamente en horas del mediodía del miércoles último, en una comisaría local, y en momentos en que el Tribunal Oral en lo Criminal del Distrito Judicial Sur había dispuesto su localización, inmediata detención y prohibición de salir del país.
La tarea estuvo a cargo del personal de la División Delitos Complejos, quien trasladó al imputado en numerosas causas judiciales, referidas a delitos económicos y más recientemente a otros referidos a la integridad sexual de las personas, a su lugar de reclusión en donde permanece en carácter de comunicado.
Solari se encontraba residiendo en la tira 1 del barrio 640 Viviendas, adonde se le cursaron reiteradamente notificaciones para que comparezca en Tribunales por los graves cargos que pesan sobre él, en perjuicio al menos de dos menores de edad, haciendo caso omiso de ello y desapareciendo luego sin dejar rastros.
El ex bombero está acusado de la comisión de los delitos de “abuso sexual agravado, producción de pornografía infantil, amenazas coactivas, corrupción de menores y grooming” – (acoso sexual infantil a través de Internet).
Según consta en el expediente, la primera de las denuncias contra la integridad sexual infantil se remonta al año 2020 y fue impulsada por la madre de una niña de 8 años de edad, en cuyo celular la mujer encontró fotografías de las partes íntimas de su hija, que habían sido remitidas a un teléfono celular que correspondería a Solari. Un año después, los padres de otra niña, de 14 años de edad, la situación volvió a repetirse, lográndose recuperar también de un aparato de telefonía celular mensajes amenazantes pidiéndole a la chica el envío de fotos y material fílmico en estado de desnudez. Nuevamente la investigación determinó que quien estaba del otro lado de la línea, era Eduardo Solari.
Luego de un nuevo registro de huellas dactilares y la revisión médica de rigor, el sujeto quedó bajo la guardia del Servicio Penitenciario provincial, por disposición del secretario del Tribunal de Juicio en lo Criminal en el Distrito Judicial Sur, Federico D´Alessandro.
Fuentes tribunalicias confiables revelaron que es improbable que se le conceda al recluso el beneficio de la excarcelación, debido a que se considera que podría intentar presionar a las víctimas o a sus familiares o entorpecer en algún modo las actuaciones en curso orientadas a ser elevadas a juicio.
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