Suicidio y depresión, una combinación fatal

Suicidio y depresión, una combinación fatal

Según la O.M.S más del 90% de quienes se quitan la vida padecían de esta afección.

¿Por qué es importante hablar del tema y contar con espacios físicos o líneas telefónicas adonde llamar? Porque el suicida no persigue quitarse la vida sino acabar con una situación que considera insuperable. Hacerle saber que siempre existen alternativas, caminos o planes b en la vida, puede ser clave para evitar lo irreversible.

Suicidio y depresión, una combinación fatal

Tierra del Fuego continúa ocupando lugares de relevancia en el mapa de los suicidios que se producen en Argentina. Pese a su escasa densidad demográfica, la cantidad de personas – particularmente jóvenes – que se autoeliminan, es muy alta. Este fenómeno social es fomentado en buena medida por la creciente incidencia del consumo de todo tipo de estupefacientes, alcohol, drogas recetadas y por factores como el desarraigo, de alto impacto en donde la composición poblacional refleja que “hay de cada pueblo, un paisano…”.
“Una depresión se puede generar por muchas situaciones, ya sea sociales, biológicas, económicas. Lo que es real, es que de las personas que se suicidan más del 90% sufrían una depresión”, sostiene la psiquiatra Mónica Flores Ramos.
Expresó también que los hombres representan alrededor del 77% de todas las defunciones por esta causa y, aunque se han hecho progresos en intervenciones basadas en la evidencia para la prevención del suicidio, muchos países siguen teniendo tasas crecientes.
Asimismo, dijo que es preocupante que los suicidios se han incrementado en la última década en los jóvenes de entre 15 y 19 años, por ello actualmente el suicidio representa la cuarta causa de muerte en este grupo de edad.
Esta última afirmación coincide plenamente con la realidad que se padece en Tierra del Fuego, en donde los suicidios en menores es alarmante, con casos registrados en 2021 y lo que va del 2022, de chicos de 12 y 13 años de edad inclusive.

LA IMPORTANCIA DE PREVENIR

“La intención de la persona suicida no es quitarse la vida sino acabar con una situación que considera insuperable” – afirman los especialistas, haciendo hincapié, en la importancia de hablar, de comunicar, de “conectar” con los demás. Tan importante como la disponibilidad de espacios físicos o líneas telefónicas, dispuestos por el Estado, para que la persona que está sufriendo pueda llamar y escuchar a alguien que le diga que siempre hay salida a los problemas, por graves que sean; que existen opciones o planes b a considerar y que deshaga un pensamiento oscuro y rígido para transformarlo en flexible, receptivo y positivo.
La psiquiatra consultada insistió en que “el suicidio es algo que se puede prevenir, por ello es importante hablar y visibilizar la situación”.
Entre las principales medidas probadas de prevención del suicidio se encuentran – explicó – limitar el acceso a los medios para suicidarse, como por ejemplo plaguicidas, armas de fuego, sogas, drogas para dormir recetadas, etc.
También son muy importantes la identificación temprana, la evaluación, gestión y seguimiento de las personas afectadas por pensamientos y comportamientos suicidas, como así también fomentar las habilidades socioemocionales de los adolescentes.
Refirió que el estigma y la falta de concientización siguen siendo los principales obstáculos para la búsqueda de ayuda, por ello se debe educar en temas salud mental y luchar contra el estigma social de que quien acude a un psicólogo es “porque está loco”. Si una persona detecta señales de advertencia de suicidio en ella misma o en alguien conocido, debe buscar ayuda de un profesional de la salud lo más pronto posible. Cualquier persona puede sufrir una depresión, es algo frecuente y tratable, por eso se debe ayudar a prevenir. Es fundamental saber que cualquier persona que sufre una depresión puede llegar a considerar quitarse la vida”.
Otros signos a observar son: sentirse vacío, sin esperanza, atrapado o sin razón para vivir; sentirse extremadamente triste, ansioso, agitado o lleno de ira; con un dolor insoportable, ya sea emocional o físico. También se debe prestar atención a señales como hablar sobre querer morirse, sentir culpa o vergüenza, o sentirse una carga para los demás.
Finalmente, la profesional apuntó que “existen tratamientos que, si se administran adecuadamente, con la dosis y el tiempo necesarios, todo aunado a terapias psicoterapéuticas, la depresión puede ser superada. Así se pueden salvar muchas vidas”.


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