A 76 años de un evento de igual magnitud en la zona austral.
El viernes último un terremoto de magnitud 7.5 con epicentro en el Pasaje de Drake sacudió la región. En Ushuaia la jornada transcurrió casi con normalidad, mientras en las ciudades chilenas vecinas fueron preventivamente evacuadas miles de personas.
El viernes 2 de mayo de 2025, un potente terremoto de magnitud 7.5 sacudió el Pasaje de Drake, marcando el sismo más fuerte en la región desde 1949. El epicentro se ubicó a aproximadamente a 225 km de Ushuaia y 218 km al sur de Puerto Williams, Chile, a una profundidad de 10 km. El temblor, que duró alrededor de 40 segundos, fue causado por la interacción entre las placas tectónicas de Scotia y Antártica.
En Ushuaia, el sismo se sintió a alrededor de las 10 de la mañana en distintos puntos de la ciudad. Un vecino del barrio 640 Viviendas relató: «Fue como si me hamacaran la cama». Una trabajadora de LUCAU, en la calle Perón, comentó: «Tuvimos que salir a la calle en momentos en que estábamos trabajando, porque sentimos que todo se movía…». Una residente del barrio Río Pipo describió: «Parecía que el edificio se cimbreaba como si estuviera mareado. Nadie lo dudó. Todos salimos a la vereda a esperar a que todo pasara».
En Puerto Almanza, pequeña población ubicada en la costa del Canal Beagle, la realidad fue más dramática: las autoridades invitaron a todos los pobladores domiciliados a nivel del mar, a dejar sus domicilios y a dirigirse a Ushuaia o a ubicarse en zonas altas, como algunos tramos a Harberton, o en la zona del histórico Árbol Bandera. Se temía que por el Canal entraran grandes olas que se fueran frenando al encontrarse con la Isla Navarino y los islotes próximos a Ushuaia.
Finalmente y a pesar de la intensidad del sismo, no se reportaron daños materiales ni personas heridas en Tierra del Fuego. La Secretaría de Protección Civil de la provincia recomendó estar atentos, mientras que la Prefectura Naval sugirió – no prohibió, se encargaron de aclarar -pausar temporalmente las actividades acuáticas y de navegación en la bahía y en el Canal Beagle.
CONTRASTE EN LA RESPUESTA DE CHILE Y ARGENTINA
En nuestro país la respuesta fue más “discreta”. No se emitieron alertas de tsunami ni se realizaron evacuaciones masivas. Las autoridades locales se limitaron a recomendar precaución, mientras que a nivel nacional no se emitieron comunicados oficiales sobre el tema.
En Chile, ante el mismo evento, la respuesta fue contrastante. Las autoridades activaron protocolos de evacuación en las zonas costeras de la región de Magallanes y la Antártica Chilena. Aproximadamente 2.000 residentes y 32 personas de bases antárticas fueron evacuadas. El presidente Gabriel Boric, desde el Palacio de la Moneda, instó a la población a trasladarse a zonas seguras mediante mensajes en redes sociales. Posteriormente, en Punta Arenas, Puerto Natales, Puerto Porvenir y Puerto Williams, la alerta de tsunami fue rebajada a estado de precaución, permitiendo el retorno de los evacuados, aunque actividades como la pesca continuaron suspendidas.
Cabe destacarse que en dos localidades separadas apenas por 7 km por mar, Ushuaia y Puerto Williams, la vida transcurrió el viernes de modos diametralmente opuestos: mientras en la capital fueguina el día fue de total normalidad, con actividad comercial plena y absoluta calma, en la vecina localidad chilena sus pobladores – principalmente niños, adolescentes, personas adultas mayores y mujeres – debieron permanecer hasta la tarde alojados en el Centro Sub Antártico, mientras los hombres, en su mayoría militares, monitoreaban el nivel del agua y estaban atentos a sus altos mandos.
El temor era preciso: que “un tren de olas de 1 a 3 metros de altura” o tsunami, causara la elevación del nivel del mar en todo el sector costero, a raiz del movimiento originado por el sismo. “El agua va a subir su nivel en algún momento”, pronosticaban los geólogos consultados. Al cabo de algunas horas, se dio a conocer que satelitalmente se había confirmado el arribo de dichas olas a las costas antárticas, orientadas por las corrientes, a una altura menor a la prevista, de alrededor de 1 metro.
En cuanto a las réplicas, hasta el cierre de esta edición, el número variaba de acuerdo al origen de la fuente. La información de Argentina daba a conocer que hasta el domingo a la noche el número ascendía a 70, mientras que los voceros chilenos, indicaban una cantidad superior a las 120.
En cualquier caso, los expertos en sismología señalaron que este comportamiento es común tras un sismo de gran magnitud y que las réplicas irán disminuyendo en frecuencia e intensidad con un tiempo que puede extenderse por semanas o meses.