En el corazón de la isla.
¿Quién en su niñez no ha tenido un autito Duravit, un Matchbox o un muñeca Barbie?. Eso y muchísimo más se puede encontrar mientras se disfruta de un almuerzo en un restaurant museo que hace un año se inauguró en la ciudad de Tolhuin.
Diario Prensa dialogó con sus dueños, Pedro y Paola Fernández, quienes explicaron cómo se les ocurrió la idea de recrear el lugar con objetos que sin duda gatillan en la mente de los concurrentes, un sinfín de recuerdos de infancia o juventud.
“Hace 20 años que estamos instalados en la localidad y vamos a cumplir 1 el próximo mes, con Raíces Fueguinas, que aparte de ser un restaurante, tiene adosado un museo con más de 10.000 antigüedades. Queremos brindar a quienes nos visiten una verdadera experiencia multitemática y multicultural”- nos cuentan.
Pedro se confiesa coleccionista de alma: “Desde los 6 años que tengo esta pasión de rescatar objetos antiguos. Hoy tengo 43 años, así que son nada menos que 37 los años que le vengo dedicando al coleccionismo y reuniendo muchas de las cosas que hoy están exhibidas acá. ¿Por qué lo hago? Porque siempre quise resguardar parte de la historia del país, atesorando de manera ecléctica varias armas y herramientas antiguas pasando por aparatos de telefonía y colecciones de porcelana. De chiquito coleccionaba lo que podía por mi edad, como estampillas, almanaques y juguetes antiguos, que están a la vista en el salón. Cuando crecí empecé a invertir mis ahorros en adquirir productos de otro nivel cultural e histórico, hasta que después de 20 años de acariciar la idea, me aboqué a hacer realidad el sueño de tener un museo”.
Su añorada obra no se podría nunca haber materializado, según cuenta Pedro, si no hubiera contado con la colaboración de su familia: “ No heredé antigüedades salvo alguna que otra de mis abuelos, por eso para acrecentar mi bagaje a lo largo de la vida fui comprandolas de a poco. Mi padre tenía mueblería en Tandil y una casa remates, así que él resguardó junto con mi madre muchísimas de estas piezas, un 40% como mínimo. Las empaquetaban y me las iban mandando en un impresionante trabajo logístico a través del tiempo. Paola, mi esposa y mis hijos también fueron siempre un gran apoyo. Nos hemos privado más de una vacación para seguir adelante con esto porque fue muy duro construir, en plena pandemia. Pero también tuvimos la dicha de hacernos de nuevos amigos, como Pablito Busorelli, el dueño de un anticuario de General Rodríguez, a quien quiero muchísimo y a profesores de historia como Diego y Ricardo Bol”.
Quienes deseen despertar en la memoria la emoción de lejanas tardes de infancia pasadas en la vereda con los amigos, jugando con objetos que ahora son parte destacada del museo de Pedro y Paola, podrán disfrutar de verlos en un lugar de privilegio de Raíces Fueguinas. “Hay una vitrina entera de Duravit. También armamos una nueva que es exclusiva de consolas de videojuegos, desde las Atari hasta la Play Station 1, con la Comodore y otras intermedias, del pasado tecnológico. La parte de la juguetería Matarazzo, son piezas muy escasas, difíciles de conseguir, y bueno, por supuesto, también está la parte que nos apasionaba a los chicos, con los soldaditos y vehículos militares”.
Por último, con lágrimas emocionadas, el entrevistado anuncia que en pocos días más, para el primer aniversario, habrá novedades y una ampliación del local para adecuarse a la creciente demanda turística que Tolhuin viene experimentando.
“Tolhuin desde hace unos años comenzó a pensar el turismo de otra manera y nosotros queremos acompañar ese cambio. Apostar a Tolhuin con mi esposa, no nos cuesta, lo disfrutamos. Cuando yo llegué a la provincia la conocí a Paola y decidimos formar una familia en el corazón de la isla. Nuestros hijos fueron concebidos con amor y nacieron acá y son parte de lo mucho que nos dio generosamente este lugar estamos infinitamente agradecidos”.