AGRADECIMIENTO
Domingo 26 de agosto, 22:00 hs aproximadamente, un día que nos quedará marcado en nuestras vidas. Es una fecha que estoy seguro no olvidaremos jamás. Cuando fuimos notificados del accidente de tránsito de Martina, nuestra Martu, en ese momento y hasta la llegada al Hospital, nos invadió una mezcla de dolor, rabia, impotencia y lo peor, la incertidumbre surgida de no poder verla y conocer su estado. Recuerdo que lo único que estábamos pidiendo era que alguien me confirmara si Martu había llegado despierta al nosocomio porque necesitábamos poder aferrarnos a un mínimo porcentaje de esperanzas.
Con el pasar de los días y pensando en cada detalle de lo que fue enterarnos del accidente y concurrir al hospital, nos dimos cuenta que dentro de ese momento de incertidumbre que nos invadió, había profesionales que estaban salvaguardando la vida de nuestra hija. Es por eso que decidimos hacer un homenaje a estas personas, que son personas comunes y corrientes y que nos cruzamos diariamente sin percatarnos de su grandeza. Tienen a cargo nada menos que salvaguardar el don más preciado: LA VIDA.
Ese domingo 26 de agosto y en medio de un megaoperativo estas personas con indumentaria de Defensa Civil, Policía, agentes municipales de Tránsito, de la Salud, profesionales, etc., se unieron con gente que circunstancialmente estaba en el lugar en donde se accidentó nuestra hija y sin tener obligación alguna, aportaron su granito de arena ante la desesperante escena.
Por eso queremos hacer este reconocimiento a todos los que participaron en forma directa e indirecta en cualquier acción que haya facilitado que rápidamente se pudiera trasladar a nuestra hija al hospital.
Ahora, nos queda un camino largo por recorrer, pero como lo decimos en todo momento: esta es nuestra realidad y vamos a salir adelante. Tenemos toda una vida para transitar ese camino con nuestros hijos.
Queremos agradecer al personal de Defensa Civil; al Comisario Guillermo Morgan y a todo el personal policial que participó del operativo; al personal municipal de Tránsito que permitió nuestra llegada en forma urgente al nosocomio; al personal de guardia ese día en el Hospital Regional; a la gente hermosa de Terapia Pediátrica que fueron un sostén muy importante para Martu y para nosotros; a las terapistas Mariel, Florencia y Melina que constantemente estuvieron y lloraron emocionadas cuando al fin su pequeña paciente despertó, demostrando que lo profesional va de la mano con la calidad humana; al neurólogo Pablo; a los kinesiólogos Alejandro y Mario; al fisioterapeuta Germán (un genio); a las enfermeras y pediatras del sector de internación pediátrica, último paso antes de la derivación; al personal de limpieza y de la cocina del “hospi”; a las autoridades del Colegio José Martí y a las del Instituto Provincial de Inglés.
Un párrafo aparte en el agradecimiento es para la familia Mamaní y Cisneros; la abuela Juana; la madrina Gabriela; los amigos, conocidos y gente en general que se sumó en las diferentes cadenas de oración que se hicieron para orar por la salud de nuestra hija. ¡Todos lograron el milagro que Martu estaba necesitando!.
Y por último queremos decirle a las dos personas que fueron responsables de cuidarnos mientras velábamos el sueño de Martu durante esos interminables días en los que estuvo durmiendo: ¡¡gracias abuela Marga y cumpa!!!
Familia Cisneros
Edición:
Diario Prensa
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