El caso no tiene precedentes en Tierra del Fuego.
La Justicia autorizó la solicitud porque consideró atendibles las razones esgrimidas por el menor, quien a partir de ahora utilizará el apellido de su abuela materna.
Un niño de 13 años de edad, con la representación de un abogado del foro local, impulsó una petición ante la Justicia provincial para que se le permita dejar de usar su apellido paterno y continuar con el de su abuela materna. En la fundamentación de la solicitud se menciona que el menor ha sufrido reiteradas situaciones de bullyng, burlas constantes y mortificación por parte de sus compañeros de estudios, por su apellido. Pese a que su madre lo cambió de colegio, las bromas y los malos tratos continuaron en la nueva escuela, siempre en torno a su apellido.
Cansada de ver sufrir a su hijo, la mujer buscó el patrocinio legal de un abogado, Paulino Rossi, quien planteó el problema ante la jueza de Minoridad y Familia, Marina paola Montero. Luego de examinar el caso, la magistrada aprobó el cambio de apellido y libró oficios al Registro Civil para que se ejecute el cambio de apellido.
Además de sentirse avergonzado de su apellido por sus connotaciones, el menor tampoco tiene ningún tipo de vínculo con su padre.
Otros casos
Otro caso de sustitucion de un apellido por otro se registró en el año 2008, en el Tribunal de Familia de San Isidro, en donde se hizo lugar al pedido de cambio del apellido paterno de dos niñas y un niño, por el materno, con sustento en el padecimiento de los chicos derivado de saberse concebidos como fruto de la violación de la madre que había sido abusada y violada sistemáticamente desde la infancia por parte del concubino de la abuela materna.
También en septiembre de 2020, una jueza de familia de General Roca, en la provincia de Río Negro, autorizó a que una niña de 9 años lleve solo el apellido de su madre, luego que la menor le explicara que el apellido paterno no la identificaba, la afectaba emocionalmente y la avergonzaba.
El hombre, por otra parte, se encontraba detenido, cumpliendo una condena por un delito grave que fue muy difundido, “lo cual – dijo su madre – a la niña le provoca vergüenza cuando tiene que informar quién es su padre, que casi no conoce personalmente”.
El padre de la niña se opuso al pedido y expresó su deseo de recuperar la relación con su hija cuando terminara con su período de detención. Sin embargo la resolución judicial separó los dos aspectos, aclarando que el cambio de apellido “no afecta el vínculo paterno-filial, conservándose todos los derechos y deberes que la ley atribuya a cada uno”. Al hablar con la jueza, la niña pidió dos cosas: tener el apellido de su mamá y cambiar el orden de sus nombres de pila, porque utiliza únicamente el segundo y sólo su padre se refiere a ella utilizando el primero. Ese planteo también fue aceptado en el fallo.
Los apellidos que más se cambian
Hay apellidos que incitan a la burla y a la risa, y que se tornan una pesada carga en la vida cotidiana. La mayoría de la gente los termina aceptando o acaba por resignarse. Y algunos, los menos, van a la Justicia para pedir cambiarlo.
Vale destacarse el caso del ciudadano Guido Culasso, a quien Facebook le bloqueó la cuenta en el año 2015, creyendo que ese apellido no era real y que se trataba de un término ofensivo.
El trámite para pedir el cambio de apellido se inicia en la Justicia. Si el juez considera lo que la ley de nombres (la 18.248) llama «justos motivos», ordena rectificar la partida de nacimiento: en la mayoría de los casos, se saca una letra del apellido, se achica y hasta existe la posibilidad de cambiarlo por el apellido materno.
Un ejemplo común entre los pedidos judiciales es por el apellido «Concha» que se transforma en «Conca». Otro caso es «Verga» que suele ser cambiado por «Vera» o «Vega”.
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