Dos estudiantes del CPET, de 15 y 16 años de edad, advirtieron a través de un grupo de WhatsApp del colegio que dispararían contra sus compañeros y que después, tal vez se suicidarían.
Un mensaje de audio que sugería una masacre escolar fue difundido por un chico y una chica, alumnos ambos del colegio secundario técnico de Río Grande. En las últimas horas la Justicia allanó sus domicilios y les secuestró los teléfonos celulares. No se halló ningún arma de fuego.
Lo que comenzó como una broma de mal gusto terminó generando una investigación judicial, la intervención de organismos provinciales y una fuerte conmoción en el ámbito educativo y en la comunidad en general. Todo se desató en el Colegio Provincial de Educación Técnica CPET “Ingeniero Fabio Carlos Reiss”, ubicado en calle Perito Moreno 519, en Río Grande, cuando dos estudiantes de segundo año difundieron un audio a través de un grupo de WhatsApp escolar. Una voz juvenil anunciaba que él y una compañera matarían a tiros a otros estudiantes y que según la cantidad de bajas que produjeran, evaluarían si se suicidarían o no. En el mismo mensaje de audio enviado al grupo, pedían que el viernes 6 de junio nadie concurriera al colegio “porque va a haber tiroteo”.
Fue durante el fin de semana que la madre de uno de los alumnos detectó el mensaje y se alarmó no solo por el contenido sino porque el ícono distintivo del grupo era una cruz esvástica. El audio, grabado por un alumno de 15 años junto a una compañera de 16, contenía frases que simulaban la planificación de una masacre escolar. En él se escuchaba: “Chicos, yo y (nombre de una estudiante)… estuvimos planeando algo, no vengan el viernes. Va a haber tiroteo y, dependiendo de cuántas muertes sean las de ustedes, vamos a ver si nos matamos o no”.
La madre que tuvo acceso al audio enseguida se comunicó con otros padres y el lunes trasladaron la inquietud a las autoridades de la escuela, quienes tomaron medidas internas que no trascendieron ese ámbito. Las cosas no quedaron allí porque al llegar a los oídos de las autoridades del Ministerio de Educación de la Provincia lo ocurrido, se le dio intervención al Ministerio Público Fiscal, a cargo del letrado Jorge López Oribe. Este a su vez, dado que en el caso se encuentran involucrados dos menores de edad, dio intervención al Juzgado de Familia y Minoridad Nro. 2 cuya titular es la magistrada Marina Montero.
Cabe destacarse que la situación generó una fuerte reacción entre los padres, que cuestionaron la demora de la institución en actuar ante una amenaza que, aunque resultó ser ficticia, planteaba un escenario de violencia extrema. La utilización de una esvástica como ícono del grupo de WhatsApp sumó preocupación y abrió el debate sobre los símbolos que circulan entre adolescentes, muchas veces sin conciencia del trasfondo histórico ni político que representan.
La Policía, tras iniciar tareas investigativas, logró determinar que los jóvenes no tenían acceso a armas de fuego ni vínculos que implicaran un riesgo real. Aun así, se activó un protocolo de contención con el gabinete psicopedagógico del establecimiento, que convocó a los padres de los alumnos involucrados y del resto del curso para iniciar un abordaje integral.
En respuesta a una denuncia presentada por autoridades del establecimiento educativo sobre presuntas amenazas, la División Delitos Complejos de la ciudad de Río Grande, bajo la supervisión del Juzgado de Familia y Minoridad Nº 2 del Distrito Judicial Norte, llevó adelante una investigación que culminó con órdenes de allanamiento en dos domicilios. Durante los operativos no se encontraron armas de fuego; sin embargo, se secuestraron equipos informáticos y teléfonos celulares, y se identificó a los dos “bromistas” menores de edad.
Desde el ámbito judicial, la causa avanza como una investigación por amenazas, aunque todo indica que no se trató de un plan verdadero, sino de una broma de mal gusto que revela, sin embargo, una preocupante banalización de la violencia por parte de algunos adolescentes e inconsciencia ante lo que ese tipo de proceder genera.