Una madre abandónica adoptada quería dar en adopción a su beba, contra la voluntad de la víctima

Juan Gómez asumió toda la responsabilidad por el crimen de Gladys Moledo

Juicio por el brutal crimen de Gladys Moledo.

Con el transcurrir del debate que se está realizando en la ciudad de Río Grande, en donde se está juzgando a los integrantes de una familia que había recibido a una menor de corta edad de parte de su madre biológica a la que deseaban adoptar, contra la férrea negativa de su abuela y víctima de homicidio, los hechos se van aclarando. Una perito psicóloga declaró que la joven “se había desentendido de la crianza de sus hijos”, la beba en cuestión, y un niño de 2 años que apareció shockeado al lado del cadáver de su abuela, luego de que la ultimaran salvajemente.

Gladys Moledo fue encontrada por su pareja el 9 de septiembre de 2019 en medio de un charco de sangre, acuchillada. Junto a ella, su nietito de 2 años estaba en estado de shock por haber permanecido varias horas solo con el cadáver, llorando a los gritos hasta quedarse sin voz. El niño es hermano de una beba que Gladys luchaba por recuperar, ya que la madre de ambos niños la había entregado a otra familia que deseaba adoptarla. Esa joven es hija adoptiva también de Gladys Moledo y no quería
conservar a la pequeña ni tampoco acceder al pedido de la abuela, que deseaba criarla junto a su hermanito, así como lo hizo con ella en su momento.
Una perito psicóloga confirmó ante los jueces que la joven se había desentendido de la crianza de sus dos hijos, la beba en disputa y el niño que se encontraba con Moledo cuando fue asesinada.
En el día de hoy se reanudará el juicio que tiene como imputados a los integrantes de la familia que quería adoptar a la beba, siendo la situación de Gastón Blanco la más comprometida ya que admitió haber matado a la abuela de la menor. También están acusados los hermanos Juan Ramón y José Manuel Gómez, y Leandro Blanco, que al momento del crimen era menor de edad y que hoy tiene 18 años.
En forma coincidente, familiares de la mujer masacrada, su sobrina Jaqueline Galli, sus hermanas María Magdalena y Stella Maris Moledo, y su pareja Víctor González, consignaron que Gladys quería mantener la familia unida, recuperar a la beba que su hija adoptiva había entregado a otra familia y no permitir que separaran a los hermanitos, lo que le terminó costando finalmente la vida.


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