Ushuaia, una ciudad que nunca fue fundada

Ushuaia, una ciudad que nunca fue fundada

 

¿Cuándo nace una ciudad? ¿Será acaso cuando un grupo humano se instala en un determinado lugar y comienza a vivir bajo cierta organización?. Desde esa perspectiva, ¿tendrán razón aquellos que afirman que se debería considerar como fundación de Ushuaia el 18 de enero de 1869, fecha en que se instalan los misioneros anglicanos? De ser así ¿no estaremos cometiendo un acto de injusticia (uno más) para con nuestros hermanos los indios, al saber que fueron los yaganes quienes vivieron desde mucho antes en esta zona, bajo su propia organización y cultura, y quienes además impusieron el nombre “Ushuaia”?
Cuando el gobierno de nuestro país define los límites internacionales en el extremo sur en (1881) determina que, desde Lapataia hacia el este, era territorio argentino. A partir de ese momento nada impedía que se tomara posesión de esta región y, aunque ya existía una población estable de misioneros y nativos, “en la bahía profunda que mira hacia el poniente” se dudó, incluso hasta años posteriores, si el pueblo debería instalarse en esta bahía o en Punta Remolino, o en Bahía Buen Suceso, o incluso en Lapataia. No olvidemos que cuando se comenzó a pergeñar la construcción del edificio de la Cárcel de Reincidentes, se observó como punto apropiado a esa bahía que hoy se encuentra dentro del Parque Nacional e indica el final de la Ruta Nacional Nro. 3; pero finalmente se desistió porque ello significaba la muerte del pequeño poblado que, por el 1902, era Ushuaia.
Si profundizamos en los antecedentes previos al arribo de la División Expedicionaria al Atlántico Sur, comandada por el coronel de la Armada Augusto Lasserre, podríamos afirmar que nuestra actual ciudad, en realidad fue gestada el 4 de octubre de 1882 cuando, el diputado por la provincia de San Luis, Dr. Cristobal Pereira, presenta el proyecto que recomienda instalar dos destacamentos de Subprefectura Marítima al sur del Río Gallegos, como una forma efectiva de extender el dominio argentino hasta el Cabo de Hornos.
También podríamos tomar como fecha de gestación la del 24 de septiembre de 1883, con la firma de la resolución que manda a construir dichas subprefecturas marítimas en Isla de los Estados y en Tierra del Fuego.
En algo coinciden todos los historiadores: nadie de quienes arribaron a estas tierras por esos años, vino con el objeto de fundar una ciudad. Como en otras partes del país, se intentaba asegurar la soberanía o la toma de posesión, pero se duda sobre el objeto de dar inicio a una futura ciudad, en el mejor de los casos colonizar la zona, incluso como adecuada medida sugerida por la presencia de misioneros ingleses con los que si bien se mantuvo una buena relación, se ignoraban sus verdaderos intereses, dicho esto en el contexto de ocupación de tierras en casi toda la Patagonia.

Ushuaia, una ciudad que nunca fue fundada
Año 1884. La cañonera Paraná y el buque Comodoro Py. dos de las naves de la División Expedicionaria al Atlántico Sur, comandada por el coronel de la Armada Augusto Lasserre, en aguas de la bahía de Ushuaia. (Del archivo de la Armada de la República Argentina).

El 16 de octubre de 1884 se crea, por decreto firmado por Julio Roca y Bernardo de Irigoyen, la gobernación de Tierra del Fuego y, pocos días después, el 25 de noviembre de 1884, se designa a cargo de la gobernación al Capitán de Fragata, Félix M. Paz, por lo que también pasan a ser dos fechas emblemáticas y que bien podrían ser tomadas como el inicio institucional de Ushuaia.
El 27 de junio de 1885 se firma un importante decreto que también podría ser tomado como “fundacional” para Ushuaia. El mismo expresaba lo siguiente:
“Vista la división propuesta por la Gobernación de Tierra del Fuego para ese territorio y en ejecución de lo dispuesto en la Ley N° 1532 de 16 de Octubre de 1884.
El Presidente de la República
Decreta:
Art. 1° Divídese el Territorio de Tierra del Fuego en tres Departamentos que se denominarán «Ushuivia», «Buen Suceso» y «San Sebastián».
Art. 2° Asignase como límite de estos Departamentos los siguientes:
1° (Ushuivia) por el Norte los 54° 08, de latitud austral; por el Nor-oeste el 67° de Longitud Oeste de Greenwich; por el Sur el Canal de Beagle y por el Poniente el límite de la República Argentina con Chile.
2° (Buen Suceso) por el Norte, Naciente y Sur el Océano Atlántico, comprendiendo la Isla de los Estados y por el Poniente el dicho 67° de Longitud Oeste de Greenwich.
3° (San Sebastián) Por el Norte y Este el Océano Atlántico; por el Sud los 54° 08 de latitud Austral y por el Oeste el referido límite de la República Argentina con Chile.
Art. 3° Designase como Capital del Territorio la población actual de «Ushuivia».
Art. 4° Comuniquese, publiquese é insértese en el Registro Nacional.

JULIO ROCA
Benjamín Paz.”

A partir del año 1959, quizás ante tantas dudas, el gobierno territorial de entonces determina que el día de la ciudad de Ushuaia será el 4 de octubre fecha que, por más que busquemos no tendrá ningún hecho trascendente.
Finalmente llegamos al Decreto Nro. 512 del 11 de septiembre de 1972 en el que, el gobernador Gregorio Lloret, junto a Luis José Lazzaroni, Mariano Viaña y Juan Manuel Escobar, decretan lo siguiente:
“(…) Art. 1º Establécese como fecha real de la fundación de Ushuaia, ciudad Capital del Territorio Nacional de la Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, el día 12 de octubre de 1884.
Art. 2º Destáquese la contribución de antecedentes y estudios aportados por el Dr. Armando Braun Menéndez y la colaboración de la señora Clara Bridges de Goodall; Srta. Rosa Damiana Fique; Capitán de Navío D. Justo Guillermo Padilla; Capitán de Fragata (R.E) D. Ernesto Manuel Campos; Prefecto D. Carlos Ermundo Liñarez; Dr. Miguel Angel Lima; Dr. Jorge Alberto Daminato y señor Carlos Rubinos.”
A 138 años de ese acto inaugural de 4 casillas que contendrían las tareas institucionales de custodia de nuestra soberanía, un acto fruto de una determinación política como otras que quizás, también por esos años, algunos consideraron intrascendente o hasta cuestionable, han dado fruto a lo que vemos cotidianamente. Una ciudad con sus virtudes y sus defectos, con sus bellezas y cicatrices, con miles de personas que esperan encontrar aquí la realidad de sus sueños y la de sus descendientes.
Quizás sea también tiempos adecuados para redoblar los esfuerzos y para superar expectativas. Después de todo Ushuaia es, nada más ni nada menos, el lugar en el que trascurre nuestra vida.


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