Vecina denuncia que su padre fallecido está hace casi un año en un galpón

La vecina de Ushuaia Sandra Sena, con la representación legal de la Dra. Griselda Engelhard,  impulsó –  junto a otros damnificados –  una denuncia penal contra la funeraria Ramón Oviedo y acusó al Gobierno provincial de pedirle a la Cooperativa Eléctrica de Río Grande  que priorice la cremación de algunas personas fallecidas por causas no COVID, sobre otras.

“Espero que la Justicia actúe porque estamos pasando por una situación horrible, macabra…” –  comenzó manifestando a Diario Prensa Libre, la vecina de Ushuaia Sandra Sena, refiriéndose así a los 11 meses que lleva esperando que su padre fallecido, sea cremado. Para colmo, hace algunos días atrás se enteró que durante el tiempo de espera transcurrido los restos estuvieron –  y siguen estando –  en un galpón utilizado durante muchos años por una empresa de colectivos de turismo, en la calle Gobernador Campos 1168 y actualmente, por la empresa funeraria Ramón Oviedo, para depósito de cadáveres.

“El año pasado, el 16 de marzo precisamente, falleció mi papá, Juan Cruz Sena, a causa de una enfermedad que venía transitando. A los 84 años murió en la Clínica San Jorge. Unos meses antes nos había dicho que quería que su cuerpo fuera cremado y sus cenizas arrojadas al Río Paraná. El nació en la provincia de Corrientes y vivió mucho tiempo en Misiones, por eso extrañaba lo que había vivido en su niñez y juventud” –  expresó la entrevistada, agregando que “en función de ello mi papá contrató un seguro con la empresa Ramón Oviedo, y comenzó a pagarlo. El murió hace 11 meses y todavía no vio cumplida su última voluntad”.

Don Sena falleció un día antes de que en Tierra del Fuego se decretara el inicio de la cuarentena ASPO, Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, por la pandemia de coronavirus, razón por la cual “la empresa Oviedo nos advirtió que el cuerpo de mi papá iba a quedar a resguardo porque el crematorio de la ciudad de Río Gallegos estaba parado y el de Río Grande solo recibía a personas fallecidas por COVID. Que nos iba a tener al tanto y que nos quedáramos tranquilos porque sus restos iban a estar en un lugar con las condiciones adecuadas. Así fueron pasando las semanas y después los meses. Nosotros cada tanto llamábamos para saber si había novedades y siempre obteníamos la misma respuesta: que estaban haciendo los trámites pertinentes.  Insistían en que no nos preocupáramos porque el cuerpo estaba bien cuidado.  Primero nos dijeron que estaba en una cámara, después en una bóveda y que era un lugar especial. El tiempo seguía pasando y nosotros teníamos una sensación rara, como que algo no estaba bien con nuestro padre, sin poder hacer el duelo ni cerrar una etapa tan dolorosa.  Así, desde marzo llegamos a diciembre, pasaron las fiestas y debido a que la situación me llevó a sufrir mucha tensión nerviosa, me caí de una escalera y estaba –  y sigo estando –  con mi salud muy deteriorada.  Mi médico me recomendó que me tomara un descanso, habida cuenta además que en noviembre toda mi familia se contagió de COVID. Cuando regresamos de vacaciones y mientras revisaba Facebook, vi el posteo de una compañera de trabajo en el que decía que al fin habían sido cremados los restos de su papá. El señor había fallecido a mitad del año pasado y no por COVID.  En un chateo le pregunté cómo había logrado que cremaran a su papá, a lo que me respondió que `alguien de arriba´ se había comunicado con la gente de Río Grande para que lo admitieran. Y que la empresa Ramón Oviedo había sido la encargada de trasladar el cuerpo. Entonces llamé a Angel Oviedo para preguntarle cómo era posible que se cremara a personas que fallecieron mucho después que mi papá, mientras los restos de él llevaban casi un año esperando. Y me admitió que era así. Que mi caso no era el único que había quedado postergado y que él sabía que se había autorizado la cremación de otros cuerpos de personas que, al igual que mi padre, no habían fallecido por COVID. Me remarcó que él no era responsable, que las autorizaciones venían `desde arriba´ y que su empresa sólo tenía que cumplir con la entrega de documentación a las familias y trasladar los cuerpos al crematorio de Río Grande. Y además que cuando él pedía turnos, no se los daban. Entonces decidimos llamar directamente nosotros al crematorio en donde nos respondieron que sí, que efectivamente en todo este tiempo han estado cremando cuerpos no solo de personas fallecidas por COVID. Que habían sido alrededor de 5 los cuerpos provenientes de Ushuaia con otras causas de muerte. Increíblemente, cuando le preguntamos si podía darnos un turno para cremar a mi papá, nos respondió que sí, que no había ningún problema. Que sólo necesitaba la documentación de él y que el costo era de 51 mil pesos. Le dijimos que el cuerpo lo tenía la empresa Ramón Oviedo, a lo que nos respondió que si los empleados llamaban, les iban a dar el turno.

Ante esta novedad, fuimos personalmente a las oficinas de Angel Oviedo para pedir explicaciones. Además, unos días antes, desesperados, habíamos hablado con una periodista de un medio gráfico de Río Grande para expresar nuestra necesidad de encontrar una solución a fin de que nuestro padre pudiera descansar en paz y nosotros cumplir su último deseo. Oviedo nos recibió a mis dos hermanos y a mí, pero inmediatamente nos increpó acusándonos de haber hecho llorar a su hija por las barbaridades que la gente comentaba a raíz de nuestras declaraciones públicas. Dijo que él tenía todo en regla y que lo que pasaba era culpa del Gobierno, de los peronistas y qué sé yo cuántas cosas más referidas a la política. Nosotros le dijimos que nada nos interesaba menos que la política en este momento y que lo único que queríamos era una solución. Entonces insistió en que la otra funeraria – Casa Manantial –  no tenía problemas como la empresa de él, porque era de la familia del ex gobernador Manfredotti… Yo sólo pensaba: `Por favor que este hombre se calle de una vez y deje de hablarme de cosas que no me importan. Que me diga cómo se va a solucionar el tema …”.

En un momento dado de la conversación nos dijo que íbamos a tener que firmarle unos papeles porque había hecho arreglos para llevar a mi papá y a otras personas a un crematorio que está en el partido de Coronel Rosales, cerca de Punta Alta, en un lugar que se llama Bajo Hondo. Que ahí iban a cremar el cuerpo de mi papá pero que debíamos abonarle 27 mil pesos más para pagarle al chofer, los gastos de comida y la barcaza. Después recibimos un correo en donde nos decía que nos iban a dar un turno en el crematorio de Río Grande, pero lo concreto es que hasta hoy nunca volvió a comunicarse”.

El galpón “tanatorio” de la calle Campos

Sandra Sena se quiebra, llora, hace una pausa y vuelve a retomar el relato, con un hilo de voz: “Durante la reunión le planteamos también a Angel Oviedo que otra familia que está en nuestra misma situación había ido al  galpón que está ubicado en la calle Campos y que habían visto allí una gran cantidad de cuerpos. Le preguntamos cómo era esto posible si él siempre nos había recalcado que los cuerpos estaban a buen resguardo, cuidados y en un tanatorio, palabra que no se cansaba de repetirnos… ¡y resulta que estaban apilados en un galpón!.   Mi hermana le preguntó por qué no nos había avisado, por qué no planteó inclusive la posibilidad de enterrarlo hasta que se resolviera la pandemia. Y cuando le pedimos que nos dijera en dónde tenía en definitiva el cuerpo de mi papá, respondió “acá a la vuelta”.

Mi esposo y mi cuñada salieron entonces de las oficinas de la calle  Piedrabuena casi Campos y caminaron hasta Campos 1168, en donde en un galpón que está en los fondos de un terreno se encontraron con una cantidad grande de féretros. Estibados en soportes de hierro, había alrededor de 50 ataúdes. Algunos estaban envueltos y todos tenían un rótulo en papel. Salieron espantados”.

La demanda penal

“No sabemos qué se le pasó por la cabeza a este señor. Si cuidaba su plata y por eso no habló. No sabe el daño tremendo que nos causó y seguramente a las familias que se vayan enterando que sus seres queridos están ahí, apilados en un  galpón. Este hombre, Angel Oviedo, nunca nos mostró ninguna habilitación sanitaria ni de la Municipalidad, como cualquier comercio tiene obligación de exhibir.  Resulta difícil creer que un lugar así, un cementerio precario e improvisado en pleno centro de la ciudad, haya sido habilitado. Hoy hasta nos carcome la duda de si dentro del féretro están realmente los restos de mi papá o de otra persona porque los ataúdes están identificados con papelitos. Tampoco entendemos por qué el Gobierno no habla, no dice nada, por qué permite esto si se supone que el COE debe intervenir en el tratamiento de los cadáveres en el marco de la pandemia. Como sólo tenemos dolor y muchas preguntas sin respuestas, mis hermanos y yo impulsamos una denuncia penal con la representación de la abogada Griselda Engelhard. Hasta el momento somos tres las familias que estamos impulsando acciones legales en contra de la empresa Ramón Oviedo por el inmenso perjuicio que nos está ocasionando.  Tal vez no se tenga una dimensión acabada de lo que esto significa para los familiares de quienes están en ese galpón. Una señora de nombre Graciela, cuyo esposo falleció hace algunos meses, se puso en contacto conmigo y me contó llorando que ella creía, como todos, que el cuerpo  del amor de su vida estaba a resguardo esperando ser cremado en la sede de la funeraria, en la calle Kayén. Y que por eso pasaba todos los días por ahí y le rezaba y hablaba mentalmente. Hoy está desconsolada y con la misma sensación que nosotros, de haber sido estafada”.

“Me amenazó”

Angustiada, la entrevistada refirió finalmente haber sido presionada por Angel Oviedo, para que no hablara con la prensa: “Este señor me advirtió que él le paga a un equipo de abogados para que estén atentos a todo lo que se dice de su empresa en los medios y en las redes, para después denunciar. Yo le respondí que sólo estoy diciendo la verdad y que mi papá sigue ahí tirado en un galpón, a 11 meses de haber muerto, junto a un montón de otras personas que tampoco merecen que se les falte el respeto de ese modo.  Nunca imaginé que en medio de semejante situación, encima iba a ser amenazada”.


Diario Prensa
Noticias de:  Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.

https://www.diarioprensa.com.ar