“Voy a proponer un pequeño gasto…”

“Voy a proponer un pequeño gasto…”

El nacimiento institucional de Ushuaia, estuvo ligado a la idea de un diputado puntano que planteó ante sus pares, en 1882:

El Dr. Cristobal Pereira, diputado de San Luis, presentó con esas palabras, un proyecto para incluir en el Presupuesto nacional de 1883, la creación de dos nuevas subprefecturas marítimas, fundamentándolo en que “aunque hemos llegado hasta el Río Gallegos, la jurisdicción de la República Argentina alcanza hasta la Isla de los Estados y el Cabo de Hornos”. Así fue que el 25 de mayo de 1884 se fundó una subprefectura en Isla de los Estados y el 12 de octubre del mismo año, otra en Ushuaia, que devino luego en ciudad.

En una sesión de la Cámara de Diputados de la Nación, de fecha 4 de octubre de 1882, en la que se debatían detalles relacionados con el Presupuesto Nacional, pidió la palabra el diputado por la provincia de San Luis, Dr. Cristóbal Pereira, expresando: «Voy a proponer un pequeño gasto, que creo que la comisión aceptará, para habilitar dos subprefecturas más en la costa del Atlántico. Hemos llegado hasta el Río Gallegos pero la jurisdicción de la República Argentina alcanza hasta la Isla de los Estados y el Cabo de Hornos…»
El gobierno de entonces presidido por Julio Roca puso en ejecución el proyecto y mediante una resolución del 24 de septiembre de 1883, determinó la instalación de las subprefecturas marítimas creadas por la ley de Presupuesto en la Isla de los Estados y Tierra del Fuego. El texto original es el siguiente:
«Departamento de Marina.
Buenos Aires, septiembre 24 de 1883.
Usando de la autorización conferida al Poder Ejecutivo por la Ley de Presupuesto vigente y considerando que habiendo desaparecido las causas que han obstaculizado hasta el presente la instalación de las subprefecturas de la Tierra del Fuego e Isla de los Estados, es indispensable designar al personal militar y material naval que deben concurrir a realizar aquella operación, a la vez que practicar el reconocimiento y estudio de las costas orientales de la Patagonia.

“Voy a proponer un pequeño gasto…”
El Presidente de la República
RESUELVE:
Art. 1° Procédase por el Ministerio de Guerra y Marina, a la instalación definitiva de las subprefecturas marítimas creadas por la Ley de Presupuesto en la Isla de los Estados y en la Tierra del Fuego.
Art. 2° A los efectos del artículo anterior, destínense la cañonera «Paraná”; el buque-escuela de marineros, corbeta «Cabo de Hornos”; el transporte «Villarino» y el cútter «Santa Cruz», los que deberán operar bajo el mando militar del Coronel de la Armada D. Augusto Laserre.
Art. 3° Una comisión compuesta del Prefecto Marítimo D. Carlos A. Mansilla, del Jefe de la Expedición Militar Coronel Augusto Laserre y del Subprefecto del Puerto de Santa Cruz, Capitán D. Carlos Moyano, propondrá a la brevedad posible al Ministerio del ramo, la adquisición de todos los elementos que fueren indispensables para el servicio y mejor organización de las referidas subprefecturas.
Art. 4° La Comisión nombrada por el artículo precedente, queda facultada para adoptar todas aquellas medidas que respondan más eficazmente al reclutamiento del personal subalterno de que deben ser dotadas procediendo desde luego, a contratar el local conveniente para su alojamiento interino, y a elevar los pedidos de provisiones y demás útiles necesarios.
Art. 5° Al tiempo de enrolarse, los marineros recibirán dos meses de sueldo y otros dos al emprender el viaje. Dado el caso que fuere posible, tomarse por base del personal subalterno, aquellos marineros de la Escuela que sean indicados por el Director de la misma.
Art. 6° En virtud de lo ordenado en decreto de fecha 19 de abril último, el Estado Mayor General dispondrá que los ex alumnos de la Escuela Naval que se encuentren en los buques surtos en el Puerto de la Capital y aquellos oficiales que le serán determinados oportunamente, se embarquen y sean distribuidos en los buques expedicionarios, debiendo tenerse presente que la conducta y servicios que presten en la expedición, se tendrán en cuenta para las promociones respectivas.
Art. 7° Independientemente de los objetos de la expedición, que se relacionan con la instalación de las subprefecturas, el jefe de ellas, auxiliado por los comandantes de los buques a sus órdenes hará estudios sobre faros y balizas y al propio tiempo practicará reconocimiento de los depósitos de guano, fosfatos y salitres, etc., y puntos apropiados para la pesca y la faena de pingüinos en las costas marítimas de la Patagonia y la Tierra del Fuego.
Art. 8° Por el Ministerio del Interior se formará la relación de las concesiones que se hayan hecho dentro de los términos de la Ley del 9 de octubre de 1880, sobre extracción de los productos naturales de la costa patagónica, la que será entregada al jefe de la expedición.
Comuníquese a quienes corresponda, publíquese y dese al Registro Nacional.
JULIO ROCA
Benjamín Victorica.»

“Voy a proponer un pequeño gasto…”
La cañonera “Paraná” fue la nave insignia de la División Expedicionariaa los mares australes, en 1884.

El viaje

Un año después, la División Expedicionaria al Atlántico Sur, comandada por el Coronel de la Armada Augusto Lasserre, parte de Buenos Aires el 9 de marzo de 1884 arribando a San Juan de Salvamento, Isla de los Estados, el 18 de abril. Instalan allí casillas amuebladas para el personal de la Subprefectura Marítima y sede de la misma, pañoles a los que llenaron de mercadería, instalaron dos cañones y finalmente construyeron un faro, que sería luego conocido como «El faro del fin del mundo». El 25 de mayo quedó la sede oficialmente inaugurada.
Luego de cumplido el objetivo, partieron rumbo a la Bahía de Ushuaia arribando a ésta el 28 de septiembre a las 16.00 horas. Cuando irrumpieron en la bahía la Cañonera «Paraná», el Transporte «Villarino», el aviso «Comodoro Py», el buque escuela «Cabo de Hornos» y los cúteres «Patagones» y «Santa Cruz”, fue grande la sorpresa de los nativos y misioneros, pero los recién llegados fueron recibidos con euforia y expresiones de bienvenida.
Indigenas y miembros de la Misión Anglicana estaban instalados en la península donde hoy se encuentra el «Barrio La Misión”, dirigiéndose los recién llegados al otro lado de la bahía, a un sitio a los que los nativos denominaban «Alakushwaia», (bahía del pato vapor). Comienza entonces la construcción de cuatro casillas de madera y chapa, primeras sedes oficiales de la Subprefectura Marítima que se fundaría el 12 de octubre, a las 13 horas.

“Voy a proponer un pequeño gasto…”
Coronel de Marina, Augusto Lasserre. Reconocido como fundador de la ciudad de Ushuaia.

Militares, misioneros y nativos fueron testigos del mencionado acto, en el que por primera vez se izó el pabellón nacional, se dio lectura al acta de rigor y la cañonera Paraná hizo 21 disparos cuyo estruendoso sonido provocó varios “¡hurras!” entre los presentes. Finalmente todos fueron agasajados con un buen «asado con cuero», según escribió en su diario personal el pastor anglicano Thomas Bridges. La flamante institución quedaba así a cargo del Teniente Alejandro Virasoro y Calvo.
El responsable de la misión anglicana, Thomas Bridges, cuyos descendientes continúan residiendo en Tierra del Fuego, ejerciendo el comercio desde hace décadas en una concesionaria automotriz homónima, certificaría en su diario dicho acontecimiento de la siguiente manera:
«Domingo, Octubre 12. Un hermoso día de brisa. Hoy tuvo lugar la inauguración de la subprefectura. Gracias a la cortesía del Coronel Lasserre, nosotros fuimos amablemente invitados a ser partícipes de la ceremonia. En nombre de la Misión, prometí cordial ayuda al Gobierno y expresé de parte de los nativos su deseo de ley y protección y su propósito de adaptarse a las leyes. Ellos también se reunieron en masa en la orilla para expresar su simpatía en esta toma formal de ellos por el Gobierno argentino bajo su protección. Lanzaron ¡hurras! después de la salva de veintiún cañonazos que fueron oídos a bordo de la ‘Paraná’. Después de la salva, acompañaron al coronel en tierra donde fue leída la declaración de la inauguración de la subprefectura y el coronel hizo un discurso en el cual, más adelante, declaró su voluntad y la de su Gobierno. Hubo una grata reunión de oficiales que firmaron con sus nombres y después de esto se tomó una foto de todo el conjunto reunido ante la subprefectura. Después hubo una fiesta de asado con cuero”.
Este acto no estaba pensado en realidad como la fundación de Ushuaia, ya que no era ese el objetivo. Sin embargo representa una primera página del Gobierno soberano argentino que decide hacer posesión de los territorios australes de manera formal y permanente, ya que quedaría en esas sencillas construcciones de madera y chapa una dotación de personal militar y, posteriormente, serían el asiento de las autoridades gubernamentales.


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