El presidente de AFARTE se mostró conforme por el reinicio de la actividad y destacó la “nueva realidad” en los ámbitos de trabajo, donde se extreman los cuidados, rige la distancia social o en su defecto barreras físicas. Hay pedidos del continente pero todavía no puede medirse cuál será el volumen de demanda de producción.
El presidente de AFARTE, Federico Hellemeyer, efectuó un balance de la situación de las fábricas electrónicas, transcurridos varios días de la reapertura, y cifró expectativas en la demanda del continente por el agotamiento de los stocks de productos fabricados en la provincia.
“Ya nos estamos acercando a las dos semanas en el caso de Río Grande y a la semana en el caso de Ushuaia. Nos han impuesto protocolos de bioseguridad muy estrictos y el balance que hacemos, en función de lo que informan los establecimientos industriales, hasta ahora es positivo”, dijo a la prensa.
“Por supuesto hay una primera buena noticia, que es la vuelta a la actividad después de más de 50 días con las fábricas paradas. Hemos seguido todas las especificaciones que se nos pusieron a nivel sanitario y la expectativa es positiva porque van corriendo los días y no se registra ningún caso de contagio”, celebró.
“La actividad se desarrolla normalmente y esperamos que la tendencia se mantenga para ir retomando el nivel de actividad normal, porque el actual es muy acotado. Ahora hay que ver cómo va a ser el consumo en esta economía con coronavirus y de qué manera va a reaccionar la demanda para calibrar la oferta”, planteó.
Hellemeyer había dado la buena noticia dentro del contexto recesivo ya previo a la pandemia, sobre un aumento del consumo de productos electrónicos fabricados en la provincia, como televisores y celulares, por canales online. Esto permitió liberar el stock retenido y genera una demanda de reposición. “No hay que entusiasmarse mucho porque los canales comerciales estuvieron trabajando con sus propios stocks por tres o cuatro semanas, por venta online o telefónica con entrega a domicilio. Esos stocks menguaron rápidamente y hay pedidos a las fábricas, pero todo esto es dentro de la nueva modalidad que estamos teniendo. Recién la semana pasada comenzaron a abrirse algunas casas de venta de electrodomésticos en algunos centros urbanos del país, como Rosario, Córdoba, Salta, la ciudad de Buenos Aires, no así en la provincia. Todavía estamos en un mercado enrarecido por la pandemia, donde hay venta online, venta telefónica y algunas bocas que están trabajando con muchísimas restricciones”, describió del escenario.
“Para entrar a los locales hay que seguir protocolos que limitan muchísimo la capacidad comercial de estos negocios. Cuando uno se pone a analizar cuál va a ser el verdadero volumen de pedidos, surgen muchos interrogantes”, advirtió, sin poder dar pronósticos de volúmen de producción para lo que resta del año.
Por otra parte se lo consultó sobre la vida interna en las plantas, que también tuvo que cambiar: “Cada fábrica es un mundo distinto, pero por la información que nos pasan, el personal concurrió con muy buena disposición a los lugares de trabajo. Por supuesto hubo temor por salir del aislamiento, pero la realidad no es la misma que antes del 17 de marzo. La autoridad de aplicación estableció un límite de 6 horas, cambió los hábitos de almuerzo, del servicio de comedor, lo mismo el refrigerio a la mañana. Hay más distancia entre puestos de trabajo y, si esto no es posible, hay barreras físicas que se implementaron. La distancia se mantiene en los descansos, en la circulación por los pasillos, en el ingreso. Se hace un registro de temperatura cuando la gente ingresa y no deja de ser algo que sugestiona, pero se fueron internalizando estos hábitos”, dijo.
“La exageración de los hábitos higiénicos en la gente es algo muy positivo más allá de la pandemia y va a quedar como una costumbre adquirida en el ámbito laboral y la vida privada. Es esta nueva realidad que nos toca vivir, cuidándonos todos, a uno mismo, y al entorno donde uno desempeña sus actividades”, concluyó.
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