EL ORGULLO DE VIVIR EN UNA CIUDAD QUE CONVIVE CON LA NATURALEZA.
Quienes caminaban por la plataforma del puerto de Ushuaia, ayer, en momentos en que el sol hizo su aparición por un rato para después volver a cederle protagonismo a las nubes, pudieron disfrutar de una escena conmovedora.
Un grupo de lobos marinos integrado por dos de mayor tamaño y otros más pequeños, su cría, disfrutaban de la luminosidad del día y aprovechando la marea baja saltaban divertidos, como si se tratara de un tobogán, del bulbo de proa al agua y del agua, de vuelta a la saliente del barco amarrado al puerto de Ushuaia.
Parecían felices de vivir en aguas todavía no contaminadas y contagiaban esa alegría, sin saberlo, a quienes los observaban.
Es responsabilidad de quienes vivimos a la vera del Canal Beagle – argentinos y chilenos – preservar nuestro mar en ese estado.
Este año los habitantes de Ushuaia y los de la vecina localidad chilena de Puerto Williams, logramos evitar que se instalen las salmoneras con su bagaje de contaminación. Sigamos así.
Diario Prensa
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