“Hay un intruso en la escuela de nuestros chicos y nadie lo saca”

PADRES Y DOCENTES DE LA ESCUELA DE PERSONAS CON DISCAPACIDADES “LAS BANDURRIAS” EXIGEN AL GOBIERNO UNA SOLUCION URGENTE.

Muy acongojados, se presentaron en la redacción de Diario Prensa varios padres y docentes que dijeron necesitar hacer público un tema que preocupa a toda la comunidad educativa de la Escuela Especial Experimental “Las Bandurrias”, sita en la calle Marcos Zar 391.
El establecimiento, que abrió sus puertas en Ushuaia hace 23 años atrás, funciona desde 2010 en una antigua vivienda del Barrio Solier, acondicionada para albergar al plantel de 6 docentes y 15 alumnos, con distintos tipos de discapacidades, que oscilan entre los 5 y los 15 años de edad.
“El problema que venimos atravesando es que en los fondos de la escuelita, dentro del mismo predio, hay una casilla en la que vive un hombre que nada tiene que ver con el ámbito educativo y con el que hay permanentes y graves problemas de convivencia” – comenzaron explicando los docentes.
“El vive allí porque hace muchos años atrás daba clases de coro a un grupo de ancianas y entonces Gobierno le facilitó el espacio para las actividades. Después dejó de dar clases pero no se fue y se instaló en el lugar. Desde el año 2013 que venimos batallando para que las autoridades intervengan en el problema que significa para nuestros chicos compartir el mismo patio, todos los días, con una persona que arroja botellas, cigarrillos, basura y que lleva permanentemente a gente que no sabemos quién es, ni qué intenciones puede tener. Al comienzo nosotros pensábamos que era un tallerista pero después averiguamos que no es administrativo ni empleado de ningún área de Gobierno. Tampoco vive allí con su familia porque pudimos averiguar que a su señora le dieron casa en el Barrio Pipo, en donde vive con sus hijos. Y él vive ahí solo. Esta situación ya no da para más pero no sabemos que más hacer para que los funcionarios entiendan que está en riesgo la tranquilidad y la salud de los alumnos, además de los docentes que se desempeñan en el lugar” – subrayó una de las madres.

El círculo indica la ventana de la cocina del establecimiento, que da al patio interno, por el que alguien ingresó para robar, con todo el tiempo del mundo para desclavar y volver a clavar una chapa.

Al tomar la palabra una de las docentes, destacó que “estamos realmente muy preocupados porque siempre vemos entrar y salir gente con guitarras y bebidas. A la mañana también nos encontramos con personas que han estado viviendo allí. No somos los únicos que tenemos problemas con este señor porque también los vecinos de las propiedades linderas están cansados de quejarse por los ruidos molestos, la música de cumbia a todo volumen, griteríos y entrada y salida constante de visitantes. He sido testigo en una ocasión de cómo este hombre agredió verbalmente a otra de las maestras que le pidió que no arrojara basura y que tratara de mantener el orden y la limpieza en el patio en común, que usan los chicos además de él. ¿Qué más tiene que pasar para que se haga algo al respecto”.Consultados sobre el derrotero administrativo que ha tenido el trámite de reclamo, respondieron que “El expediente se remonta al 2013 y en el legajo abierto se fueron sumando las denuncias sobre cada nuevo hecho que iba ocurriendo. Por fin un día se acercó la escribana de Gobierno a cerciorarse de lo que nosotros decíamos y logró acordar con este hombre que se retirara por su propia voluntad. El se comprometió a irse en abril de este año, pero ya estamos en septiembre y no ha ocurrido absolutamente nada. Cada vez que reclamamos nos dicen que el trámite no tiene carácter de urgente y que hay que esperar. ¿Esperar qué? ¡Hay niños afectados! ¡¿Cómo que no es urgente?!”.
Finalmente, otro de los padres presentes recalcó que los problemas de convivencia se agravaron hace pocas semanas atrás con un robo en el que la escuela fue despojada de una computadora, un proyector y un afinador de guitarra: “En varias oportunidades nos encontramos con los juegos que les instalamos a los chicos, rotos; en otras ocasiones desaparecían los materiales que usábamos para hacer arreglos en la escuela, como maderas o placas; o no estaban las plantas que colocábamos para embellecer el lugar. Pero las cosas pasaron a mayores hace unas semanas cuando entraron a robar por la ventana de la cocina que da al patio y se sustrajeron varios objetos de valor. El autor se tomó todo el tiempo del mundo para desclavar una chapa de Fibrofácil, entrar a robar y después salir y volver a colocarla en el mismo lugar… Así realmente no podemos seguir”.


LA ESCUELA LAS BANDURRIAS SUFRIO LA SUSTRACCION DE UNA COMPUTADORA, UN PROYECTOR Y UN AFINADOR DE GUITARRA.

Un robo muy extraño

Cuando los docentes abrieron la escuela, poco después de las 8 de la mañana, les llamó la atención que sobre la mesada de la cocina hubieran restos de astillas de madera y marcas de pisadas. Casi enseguida notaron la falta de la computadora con la que se registra todo el trabajo administrativo del establecimiento; de un proyector que les fuera donado y de un afinador de guitarra.
Bastó salir al patio – a donde da la ventana de la cocina – para darse cuenta que una o más personas habían prolijamente desclavado una chapa de Fibrofácil con un destornillador, para acceder por la abertura al interior del edificio. El o los ladrones se tomaron el trabajo al irse, de volver otra vez a atornillar la chapa en su lugar… como si no hubieran temido ser vistos.
Aunque esa misma tarde de agosto, los funcionarios de Gobierno dispusieron la colocación de rejas y se radicó una denuncia en la Policía, nunca se recuperó lo sustraído. Ni tampoco la desagradable sensación de que el espacio de estudio y tiempo compartido, se había vulnerado.


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