Juan Caballero está acusado de haber abusado y corrompido sexualmente a su hijastra de 7 años.
En la etapa de alegatos, ambas partes requirieron que la condena sea de cumplimiento efectivo. Hoy alegará la defensora Nora Francini, previéndose que mañana viernes, el Tribunal se pronuncie.
Habiéndose cumplido la etapa de alegatos en el juicio que se está desarrollando en el Distrito Judicial Norte – ciudad de Río Grande – y que tiene como imputado a un hombre identificado como Juan Santiago Caballero, se pudo saber que tanto el fiscal Jorge López Oribe como el abogado que representa a la víctima, Francisco Ibarra, solicitaron elevadas penas de cumplimiento efectivo.
La parte querellante, representada por Ibarra pidió al Tribunal Oral en lo Criminal que aplique una condena de 15 años de prisión por los delitos de “abuso sexual agravado por grave ultraje, acceso carnal, por haber estado a cargo de la guarda de la menor víctima y por haberla corrompido mediante la exhibición de material pornográfico”.
Por su parte, el fiscal López Oribe, impulsó un petitorio de 12 años de cárcel por las mismas figuras penales y con similar requerimiento al Tribunal para que la condena no solo sea de cumplimiento efectivo sino que también sea detenido inmediatamente luego de finalizado el juicio.
Tal solicitud se basó en un hecho resonante que tuvo como implicado a otro sujeto que luego de haber sido condenado recientemente por delitos sexuales en Río Grande, y en etapa de apelación de sentencia, se profugó de la provincia.
Se espera para el día de hoy jueves el alegato de la defensora Nora Francini, luego del cual se invitaría a Caballero a pronunciar sus últimas palabras, antes de que los jueces se expidan, probablemente mañana viernes.
Los hechos
Los hechos que se juzgaron en el juicio habrían transcurrido entre los años 2015 al 2018, cuando la menor tenía 7 a 10 años de edad.
La niña, de actualmente 13 años, refirió en Cámara Gessell, cómo su padrastro abusaba de ella en oportunidad de encontrarse ausente su madre, cuando ésta la dejaba a su cuidado y cuando él la trasladaba en su automóvil. La niña dijo también que cuando su padrastro la llevaba a practicar natación, aprovechaba en el vehículo para someterla.
La víctima relató cómo la pareja de su madre le mostraba material pornográfico y comentó que el sujeto era considerado dentro de la familia como su “papá del corazón”.
La madre lo denunció pero siguió conviviendo con él
Durante el juicio se produjo un hecho que llamó la atención del Tribunal y que es que al momento de hacer uso de la palabra, el imputado refirió en su favor que la madre de la niña continuó conviviendo con él el año pasado, lo que fue confirmado por la mujer, quien a su turno y ante los jueces se justificó diciendo que “fue por razones de fuerza mayor”.
Otro testimonio fundamental del juicio, que dejó en evidencia cómo el proceder de los familiares de las víctimas suele ser favorecedor de que la vejación de niños se perpetúe en el tiempo, fue el de su tía. La mujer sostuvo que ella ya sabía lo que Caballero le hacía a la nena porque su hija, prima de la niña víctima, se lo había contado. La situación fue relatada por la víctima a su prima pero nadie hizo nada hasta que el caso llegó a la Policía y a la Justicia.
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