“Acá en Río Grande nadie se atreve a denunciar a Melella”

QUé DIJO DAMIAN RIVAS

Damián Rivas, de 60 años de edad nació en Formosa y es padre de tres hijos, dos pequeños y un adolescente. Llegó a Río Grande hace cinco años en la búsqueda de trabajo en la construcción. Actualmente vive en una vivienda precaria con su familia en el asentamiento Miramar, en la Margen Sur.
Rivas ratificó en su exposición que después de pedirle trabajo al intendente de la ciudad un día lo llamaron desde el Municipio para organizar la construcción del edificio del Centro Tecnológico, sito en calle Pellegrini 520. Relató que convocó a ocho obreros y que presupuestó por la tarea unos $ 637.000 de los que dice que el Municipio apenas le pagó $ 110.000 en concepto de adelanto para la compra de materiales pero que el resto nunca se canceló. Más adelante el denunciante afirmó que cuando las tareas estaban finalizando se sorprendió al enterarse de que el intendente “le había dado la obra” a la empresa Patagonia Construcciones SRL”,  quien cree que facturó por el trabajo que él y los obreros habían efectuado, la suma de tres millones y medio de pesos.
Damián Rivas agregó que esa empresa pertenece al esposo de la secretaria personal del intendente Melella, a quien identificó como Norma Menéndez.
Ante la novedad, continuó contando, le envió mensajes de WhatsApp al jefe comunal para poder entrevistarse con él en la Municipalidad, respondiéndole – exhibe copias de las capturas de pantalla – que fuera a verlo.
Recordó que ese día “estaba desesperado porque tenía dos boletas de luz vencidas”, relatando así lo sucedido en el despacho: “Cuando llegué empezó a besarme, a tocarme, a hacerme cosas… Me pedía tener relaciones a cambio de trabajo efectivo. El reclamo del pago que yo le hacía no le interesaba. Me decía ‘papito venite, te extraño’. Yo me ponía re mal. Después por teléfono me mandaba cosas”.
Como Rivas no pudo cobrar esa deuda lo atribuye a que rechazó las propuestas sexuales de Melella. El denunciante cree también que “como él no logró su cometido, no me pagó ni me dio trabajo. He pasado a raíz de esto momentos muy difíciles con mi familia al punto de no tener plata ni para comprar una garrafa, pero voy a seguir adelante. Yo creo en la Justicia y espero que se encargue de hacer su trabajo”.
Finalmente, Damián Rivas destacó que “yo no soy el único que ha sufrido este tipo de abuso pero acá en Río Grande nadie se atreve a denunciar a Gustavo Melella. Yo puedo mostrar los mensajes en los que me preguntaba si tenía el pene grande, que lo quería sentir y si tenía a alguien para presentarle. Me decía que yo era un cagón porque nunca iba a hacer nada, y no podía creer que no tuviera ningún conocido para presentarle, pero yo no iba a llevar a nadie conocido para eso”.


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