LA VICTIMA CONTINUA RETICENTE A QUE EL HOMBRE QUE LE DESFIGURO LA CARA DE UN GOLPE, SEA CASTIGADO PENALMENTE.
En la jornada de ayer, en el proceso oral y público que tiene como imputado al taxista Claudio Marcelo Gómez, detenido el 19 de marzo del corriente año luego de trompear a su pareja, declaró la perito forense, Dra. Inés Aparici.
La profesional describió delante del Tribunal de Juicio del Distrito Judicial Norte integrado por por los jueces Juan José Varela en su carácter de presidente; Daniel Ernesto Borrone y Eduardo López en las vocalías, las lesiones que observó en la víctima, luego de que esta arribara a la guardia del Hospital Regional Río Grande, en delicado estado.
Aparici sostuvo que la fractura en el maxilar derecho revestía carácter de grave, dado que además de la afectación del hueso, derivó en trastornos severos en la función de masticación de los alimentos, y por ende, en la calidad de vida de la persona agredida.
La perito forense explicó también a los magistrados, ante la atenta mirada del abogado defensor del imputado, Mariano Sardi y la fiscal, Verónica Marchisio, que los problemas de masticación se prolongaron por más de un mes, con secuelas permanentes.
Consultada por el Tribunal si la lesión pudo haberse originado en la caída de la mujer al piso, luego de que Gómez la trompeara, la perito refirió que no, que la fractura era compatible con un golpe de puño.
En el día de hoy jueves, el juicio continuará con la etapa de alegatos de las partes.
INESPERADO PROCEDER DE LA FISCAL
No fueron llamados a declarar los peritos psicólogos
Se esperaba para el día de ayer, además de la comparecencia en los estrados de la perito forense Dra. Inés Aparici, la de dos peritos psicólogos, convocados por la fiscal Verónica Marchisio.
Ambos profesionales iban a trazar el perfil de Gómez y el tipo de relación que sostenía con su pareja, pero finalmente no fueron llamados a declarar.
La estrategia de la fiscal incluía la exposición de estos peritos frente a los jueces, a fin de que se refirieran sobre la existencia de sometimiento psicológico y económico hacia la mujer, en un marco de violencia de género, la que se frustró sin que trascendieran los motivos.
No obstante se especula con la posibilidad de que Marchisio haya procedido de ese modo ante la insistencia de la mujer de no ahondar en ningún tipo de acción que pueda agravar la condena que por el delito de lesiones graves ya es un hecho que su agresor recibirá.
NO IGUAL, PERO PARECIDO
Cuando la víctima perdona a su agresor
“La violó, lo perdonó, se casaron y la mató”, titulaba Infobae en el año 2011 dando cuenta de un conmocionante hecho ocurrido en La Pampa, en diciembre de ese año.
Carla Figueroa, de 18 años de edad, se había casado con el mismo hombre al que meses antes había acusado de violarla. Vaya a saber por qué, después lo perdonó y accedió a casarse con él. Ambos tenían un hijo en común, de 3 años.
El acusado, Marcelo Tomaselli, asesinó a su pareja delante del nene, y de su propia madre. Le infligió “varias heridas de arma blanca en distintas partes del cuerpo, en el cuello y el tórax», diría el parte policial.
«Ella es la que se presta para retomar la relación y posibilitar el perdón judicial que se debatió estos días. La chica se propuso sacarlo de la cárcel”, señaló un periodista pampeano a los medios nacionales.
Y también relató que la joven tramitó el “avenimiento”, una figura del Código Penal que permitía que un violador eludiera la cárcel si era perdonado por la víctima.
«Lo hizo insistentemente durante más de un mes y medio hasta que lo logró. Inclusive Tomaselli todavía estaba detenido cuando se casaron” – agregó.
Por ese hecho, la Cámara de Diputados de la Nación, meses más tarde, el 21 de marzo de 2012 más precisamente, convirtió en ley el proyecto que derogó la figura del avenimiento. A partir de ese momento, aunque una víctima de violación “perdone” a su violador, la Ley no lo exime de la prisión.
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