Tras el llamado de la hermana de las víctimas arribó al lugar la División Delitos de Trata quienes realizaron las tareas correspondientes y comprobaron los impactantes hechos.
El pasado jueves al número de emergencias 911 recibió una denuncia en la que se advertía que en la calle Bogotá al 3100, en el barrio porteño de Flores, donde dos mujeres tenían secuestradas a una joven de 24 años y a su hija de 4, a quienes obligaban a atender un local de comidas ilegal que funcionaba en dicha dirección.
Tras el llamado de la hermana de las víctimas arribó al lugar la División Delitos de Trata, dependiente de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía de la Ciudad quienes realizaron las tareas investigativas correspondientes en las que se estableció que el contrato ofrecido a la víctima era para trabajar al cuidado de personas mayores por la suma de 18 mil pesos.
Asimismo se comprobó que las explotadoras le tramitaron el permiso de circulación por la Emergencia Sanitaria y que el día 28 de abril último le pagaron el traslado en un remis desde su domicilio, en la localidad de Pacheco hasta la ciudad de Buenos Aires.
Según las fuentes consultadas los pesquisas corroboraron que al momento de llegar, la mujer se dio cuenta que había sido engañada y a partir de allí obligada a atender el local de comidas ilegal que funcionaba en uno de los departamentos de la citada dirección, a través de una ventana con rejas. La joven estaba encerrada sin poder salir a la vía pública.
Por su parte, los uniformados coincidieron que «todas estas conductas son típicas de los delitos de Trata de Personas, según lo tipificado en la ley 26.842».
Con toda la información recogida, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 6 a cargo del Dr. Canicoba Corral, ordenó varios allanamientos en los que se liberó a las víctimas, quienes se encontraban encerradas en un cuarto.
En tanto, personal de la deicina de Rescate y Trata de Personas del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de Nación procedieron a efectuar pericias psicológicas que indicaron que efectivamente se encontraba siendo explotada por dos mujeres; una de ellas fue trasladada a la Comisaría correspondiente, mientras que la otra quedó en su domicilio con consigna policial.
Por último, en los domicilios allanados se secuestró celulares y documentación de interés para la causa.
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