UN CASO QUE REVELO UN MINIEMPRENDIMIENTO LUCRATIVO
El interno A.P., trasladado a la ciudad de Río Grande en forma express ayer por la mañana, venía disfrutando de salidas laborales desde hace bastante tiempo.
Calificado con buena conducta, se le había asignado la tarea de cercar con malla de alambre un predio de la Dirección Provincial de Obras Sanitarias, en donde debía hacer además otras tareas de mejoramiento. Lo cierto es que en las largas y nada controladas horas en las que él permanecía en el lugar, solía ser visitado por vecinos que le llevaban sus vehículos para que por un módico precio se los dejara impecables.
De boca en boca la “oferta” iba circulando y hacía que el lavacoches regresara a su celda con muchos billetes en los bolsillos.
La denuncia que provocó que en cuestión de horas A.P., debiera reunir sus bártulos y subirse a la combi que lo trasladaría a otro destino carcelario, truncó la actividad del improvisado pero rentable lavadero de autos.
¿Respirarán ahora más tranquilos los dueños de los locales comerciales del rubro instalados en la plaza, sin semejante competencia desleal…?
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