“Algunas actividades y profesiones conllevan un plus de estrés y dolor que se factura en salud…”

“Algunas actividades y profesiones conllevan un plus de estrés y dolor que se factura en salud...”

En declaraciones a la prensa, el defensor oficial ante el Superior Tribunal de Justicia, Gustavo Ariznabarreta, habló sobre su retiro, su carrera y ponderó el rol de los defensores públicos.

“Algunas actividades y profesiones conllevan un plus de estrés y dolor que se factura en salud...”

En esta línea, el letrado destacó haber podido “conocer personas en momentos desesperantes de la vida y sentirme parte del trabajo de ese dolor. A veces con matices más o menos felices. Cualquier abogado que trabaja con un problema humano, está con este el factor humano presente. Eso es lo que rescato de mi vida como abogado”.
“En este momento me viene muy bien esto que estoy haciendo. Es una decisión que llevó un tiempo, con la sensación ambivalente de tristeza y alegría”.
Asimismo, manifestó que “todos los procesos de la vida llevan tiempo y dudas. Es lo que estoy disfrutando y también duelando. En el Poder Judicial estuve 22 años y en la profesión más de 30. En lo inmediato no creo seguir ejerciendo. No sé qué depondrá la vida. Uno puede poner en la mente consciente lo que está haciendo y lo que quiere hacer pero hay una parte inconsciente en la que juegan otras cosas. Esto le pasa a cualquier persona que decide su retiro: deja de hacer algo que venía haciendo y que producía satisfacción y dolor”, continuó.
Al mismo tiempo, consideró que “algunas actividades y profesiones conllevan un plus de estrés y dolor. Eso también tiene un costo, que se factura en salud. De algún modo busco que esto no me llegue”.
Por otro lado, Ariznabarreta expresó que “la dificultad del defensor público en general es el cuestionamiento. No es un tema de empatizar o no con lo que una persona hace. Cuando uno ejerce una defensa pública, no está asociándose con la conducta que le imputan al otro. Se trata de garantizar que se resguarden las pautas y los derechos”.
“Uno puede tener un poco más de llegada emocional con un asistido y con otros no. Se juegan factores emocionales que son muy duros” – resaltó.
Consultado sobre algún aspecto particular de su labor profesional, el Defensor deicial recordó emocionado: “Hubo varios casos que me marcaron, gravísimos, con resonancia provincial y tuvieron que ver con hechos de sangre. Eso siempre deja marcas y experiencias, algunas positivas y otras negativas”.
Finalmente, hizo hincapié en la vorágine laboral de los defensores públicos y subrayó: “Uno puede anotar qué va a hacer y tener una agenda ordenada, pero al llegar al trabajo cambia todo. La vida y el trabajo son los que te imponen la agenda y te reorganizan el día. El trabajo de cualquier persona de la Defensoría es, justamente, no saber con quién o con qué se va a encontrar”.


Edición:
Diario Prensa
Noticias de:  Ushuaia – Tolhuin – Río grande
y toda Tierra del Fuego.

http://www.diarioprensa.com.ar