Obra pública: La Cámara de la Construcción propondrá al gobierno “achatar” el ritmo por falta de fondos

El presidente de la entidad, Gonzalo Yanzi, dijo que si las empresas no aportan recursos propios no se puede seguir, y no todas están en condiciones. Hay demora en la redeterminación de precios luego de la corrida cambiaria y se han dolarizado todos los insumos.

El presidente de la Cámara de la Construcción, Gonzalo Yanzi, adelantó que propondrá al gobierno “achatar” el ritmo de la obra pública para evitar la paralización total, ante la falta de recursos para continuar. Por Radio Universidad, sostuvo que muchas están sosteniendo el avance con fondos propios, porque hay demoras de 60 días en los pagos, se complica la redeterminación de precios y muchos contratos fueron firmados con un dólar a 25 pesos, cuando ya roza los 60.
“Hemos tenido una fuerte variación de precios en los últimos 40 días y algunos, como para cubrir sus inversiones, directamente dolarizan todo aunque los materiales no sean ciento por ciento importados”, expresó.
Puntualmente explicó que el FFFIR –Fondo Fiduciario Federal de Infraestructura Regional-, que financia varias obras de la gestión Bertone, presenta serias dificultades para redeterminar precios y por contrato la provincia no puede aportar la diferencia. “Los contratos tienen una fuente de financiamiento y no se puede pasar por encima de ella. Si el FFFIR dice que va a financiar una obra, el comitente, que es el intermediario entre el FFFIR y nosotros, no puede suplir los fondos que no se remiten, porque estaría incumpliendo su propio contrato”, expuso.
“Estamos en la necesidad de achatar fuertemente el ritmo de las obra, para no pararlas. Hoy la política que sugiere la Cámara a sus asociados es que, sin parar las obras, se vaya a un ritmo tal que permita mantener un cierto grado de inversión, mantener el personal, que es lo más complejo en este momento, y poder esperar a que los índices de redeterminación de precios reflejen lo que ocurrió hace poco más de un mes”, señaló.
“Lo que estamos haciendo es bajar un poco el ritmo hasta que se acomode la carga financiera. La redeterminación es engorrosa, compleja. Dicen que van a cumplir con los certificados básicos, pero si esos certificados eran a un dólar a 25 pesos, y hoy el dólar es de 60 pesos, estamos cobrando la mitad”, advirtió.
En concreto, “achatar” el ritmo implicará que “si el compromiso de un mes era certificar dos, tres o cuatro millones de pesos, a lo mejor lo llevamos a la mitad o un poco menos. Esto obviamente implica reducir personal o hacer tareas que no requieran inversión monetaria. Claramente hay que modificar los planes de trabajo, se extiende el plazo de obra, y esto lo tiene que aprobar el comitente, que tiene que reconocer esta realidad”.
Las conversaciones están avanzadas con el IPV y con el municipio de Río Grande y “esta semana vamos a elevar esta propuesta al gobierno de la provincia”, dijo Yanzi.
“Estamos llegando al final del período de este año con muy poca obra. En Río Grande hay 120 viviendas en construcción, que tienen un avance del 20 ó 30 por ciento; en Tolhuin han comenzado 55 viviendas que están recién iniciadas, y en Ushuaia no tenemos casi nada de obras en el orden público”, detalló.
“Hay algunos pliegos de licitación, la semana pasada se abrieron dos jardines de infantes para Ushuaia, que son obras medianas, de 500 metros cuadrados, con una inversión de 40 ó 45 millones de pesos; está la ampliación de un jardín de infantes en Río Grande, pero no hay recursos y tampoco hay precios. El comercio local nos está acompañando pero hay algunas cosas muy puntuales que no venden, porque la materia prima se consigue en Buenos Aires y en algunos casos es importada. Esto directamente hace que el proveedor cotice en dólares, con el cambio al momento del pago. Algunos piden hasta un 60 por ciento de anticipo, y en otros casos es el 20 ó el 25 por ciento. Lo que es en pesos, va en pesos pero con una cláusula de ajuste en dólares, y eso es muy peligroso para nosotros, porque no ajustamos en dólares nuestros contratos”, sentenció.
“Si no hay recursos propios, muchas veces las obras se paralizan, porque tenemos atrasos de 60 días de cobranza, y no hay forma de avanzar. Cuando se rompe la ecuación económico-financiera, es muy difícil”, lamentó, y la perspectiva son “dos años complicados”, aun con un cambio de gobierno nacional.


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