Otra vez el pochoclero fue denunciado por presunto abuso sexual

ALARMA DE LOS VECINOS DE USHUAIA PORQUE EL HOMBRE DE 69 AÑOS DE EDAD CONTINUA REALIZANDO SUS TAREAS EN PROXIMIDADES DE ESCUELAS PRIMARIAS Y EN CONTACTO PERMANENTE CON NIÑOS QUE ACUDEN A COMPRARLE GOLOSINAS.

Cumpliendo órdenes de la titular del Juzgado de Instrucción de Segunda Nominación, Dra. María Cristina Barrionuevo, personal policial ejecutó dos allanamientos en una casilla rodante y en un automóvil pertenecientes a un conocido vendedor ambulante de pochoclo del centro de la capital fueguina. La medida judicial se ejecutó el día martes en horas de la tarde, en el playón de estacionamiento de Maipú casi Piedrabuena.
La decisión de la magistrada fue consecuencia de un hecho que llamó la atención de personal policial de la Comisaría 1era que se encontraba efectuando una recorrida de prevención rutinaria por Maipú al 1000. Los uniformados vieron ingresar a una casilla rodante en venta, emplazada en uno de los playones de estacionamiento del sector, a una mujer, en actitud sospechosa. Al llamar a la puerta nadie salió. Momentos después, egresó un hombre mayor, identificado como Juan Domingo Sallago y cerró la puerta por fuera, mientras que en el interior permanecía la joven. Al acercarse a una de las ventanillas, los efectivos la vieron sentada, muy nerviosa. Cuando pudieron dialogar con ella, quedó en evidencia que padecía algún tipo de retraso mental, manifestándose temerosa de que sus padres pudieran enterarse de lo ocurrido.

La esquina de San Martín y Piedrabuena es el lugar habitual en el que el hombre imputado de presunta infracción a la Ley 25.087, referida a delitos contra la integridad sexual, coloca todos los días su puesto ambulante de elaboración y venta de pochoclo.

Inmediatamente Sallago, quien no pudo explicar qué hacía la chica con él, en el interior de un vehículo de su propiedad y por qué la había encerrado, fue conducido a la dependencia policial, imputado en principio, por presunto abuso.
Enterados los progenitores, realizaron la correspondiente denuncia y confirmaron, exhibiendo documentación médica, que la joven es mayor de edad, de 26 años, y que padece un retraso madurativo que la hace actuar como una niña.
En el interín, Sallago debió ser trasladado al Hospital Regional Ushuaia debido a que mientras se realizaban las actuaciones manifestó sentirse descompuesto. Una vez recuperado fue notificado de derechos y garantías y además
no podrá por ningún motivo acercarse a la joven, bajo riesgo de ser privado de la libertad si incumple la restricción de acercamiento librada por la jueza Barrionuevo.
Sobre la carátula de la investigación, se pudo saber que el individuo está acusado en principio del presunto delito de tocamientos y manoseos impúdicos, en perjuicio de una mujer adulta pero afectada por una minusvalía mental.
Juan Domingo Sallago no fue encarcelado pero continúa vinculado a la sustanciación de una causa por presunta infracción a la Ley 25.087, referida a delitos contra la integridad sexual. Se deberá tener presente también la existencia de otra denuncia radicada en octubre del año 2009 por los padres de una niña de 12 años, quienes acusaron a Sallago de intentar abusarla (ver nota aparte).
Al día siguiente, el vendedor de pochoclos ya había retomado su actividad habitual, en la esquina de San Martín y Piedrabuena.

En Maipú y Piedrabuena, Sallago estaciona el carro regularmente, en los fondos de la antigua casa de la fallecida doña Lucinda Otero.

LOS ALLANAMIENTOS

Mientras la jovencita era asistida en el área de Familia y Minoridad de la Policía provincial, en Maipú y Don Bosco continuaban ejecutándose las medidas dispuestas por la jueza Barrionuevo. Además de una minuciosa inspección de la casilla rodante en cuestión, también se procedió a revisar meticulosamente el interior de una coupé Audi A 5, de color blanco, estacionada a pocos metros y también de propiedad del pochoclero Juan Domingo Sallago, según consta en la documentación del rodado.
El hecho no dejó de llamar la atención de los investigadores judiciales, habida cuenta del marcado contraste entre el valor del automotor – estimado en la plaza en los 700 mil pesos – y los ingresos declarados de Sallago como vendedor ambulante de pochoclo.
Tanto del interior de la casilla rodante como del automóvil, personal policial procedió a secuestrar varios elementos de interés para la causa, como telefonía celular, entre otros, que una fuente confiable prefirió reservar todavía.


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